Después de haber rectificado unas controvertidas condiciones de uso tras críticas de furiosos usuarios, Facebook se propone que sus millones de seguidores puedan votar sobre las modificaciones futuras, aun a riesgo de -según especialistas del sector- frenar su desarrollo.
El asunto había causado gran emoción entre los cerca de 175 millones de usuarios de la mayor red de socialización del mundo: el 4 de febrero, Facebook había establecido nuevas reglas y se adjudicaba una «licencia perpetua y mundial» sobre todos los contenidos publicados.
Los usuarios, que respondieron de inmediato creando un grupo bautizado «Los que están contra las nuevas condiciones de uso», lograron el repliegue de Facebook, que pidió «disculpas» el 18 de febrero y retornó a las antiguas normas.
«Los que pasó la semana pasada nos recuerda que los usuarios cultivan un verdadero sentimiento de propiedad, no sólo sobre las informaciones que comparten, sino también sobre Facebook. Las empresas como las nuestras deben desarrollar nuevas formas de gobernarse», declaró este jueves el fundador y director de la empresa, Mark Zuckerberg, en conferencia de prensa telefónica.
Zuckerberg aseguró entonces que en el futuro los usuarios siempre serán consultados, como en una democracia de 175 millones de ciudadanos.
«Se trata de confiar en nuestros usuarios y de que estemos en la misma sintonía sobre adonde queremos ir», agregó.
El joven (24 años) y rico (1.500 millones de dólares) jefe de la empresa indicó que el programa avisará a los usuarios sobre los cambios propuestos por la comunidad y que se abrirá un foro para que se comenten las propuestas antes de tomar una decisión.
«Nuestro objetivo prioritario es que el mundo sea más abierto y transparente. Creemos que si queremos que el mundo vaya en esa dirección, entonces tenemos que dar el ejemplo», explicó Zuckerberg en un mensaje difundido en el blog de Facebook.
Esta maniobra es única pero conlleva riesgos, según analistas del sector.
«Es una acción sin precedentes», dijo Simon Davies, director de la asociación de defensa de los internautas Privacy International.
«Ninguna otra compañía ha tomado una medida tan audaz hacia la transparencia y la democratización. Seguramente habrá algunas fallas, pero en términos generales aplaudimos este progreso, que pensamos prefigura el futuro de internet», señaló.
El modelo democrático no es sin embargo forzosamente compatible con la empresa, sobre todo porque Facebook aún no ha determinado claramente cuál es su modelo de negocios y no dispone aún de otros recursos aparte de las inversiones de terceros, como Microsoft, por ejemplo.
«Los modelos democráticos suenan muy bien, pero en la práctica tienden a enlentecer la compañía dramáticamente», dijo Rob Enderle, analista de nuevas tecnologías de Enderle Group.
El fundador de Apple «Steve Jobs no organizaría jamás una votación entre sus clientes sobre lo que debería hacer, y no obstante hace un muy buen trabajo adivinando dónde quieren los consumidores que él esté», dijo Enderle, señalando que los usuarios a menudo están seguros de lo que no quieren, pero no de lo que quieren.
Pero para Zuckerberg el desafío vale la pena: «Creemos que la historia mostrará un día que estos principios funcionan también para las empresas».