La Fórmula Uno se dirige a una crisis en los próximos 18 meses a menos que se reduzcan los gastos de forma significativa, advirtió el director del equipo McLaren, Martin Whitmarsh.
Whitmarsh indicó que la implementación de motores V6 turbo el próximo año sumará incluso más gastos a un deporte que ya es bastante caro, y señaló que se necesitan medidas para asegurar la supervivencia de los equipos más pequeños.
Además de los nuevos motores y transmisiones, en 2014 regresan las pruebas durante la temporada, que deben sumar entre ocho y 10 millones de dólares a los costos de los equipos. Algunas escuderías más pequeñas probablemente opten por no realizar una o dos pruebas para ahorrar dinero.
«Cometimos algunos errores al implementar los nuevos motores, no tuvimos demasiados controles en los costos, y el deporte podría pagarlo caro en los próximos 18 meses», dijo Whitmarsh el viernes por la noche en una entrevista con Sky Sports desde el Gran Premio de Corea.
«Todavía no estamos en una crisis, pero tenemos que ser cuidadosos y no esperar por esa crisis».
Esfuerzos anteriores por recortar gastos a través de la Asociación de Equipos de Fórmula Uno fracasaron porque las escuderías más grandes no están dispuestas a ceder su ventaja por el bien de los demás.
Red Bull fue uno de los equipos que se negó a ceder, pero su director Christian Horner de todas formas cree que se necesitan controles.
«(La asociación) función al principio, pero se vino abajo porque el interés propio era demasiado fuerte entre los competidores», señaló Horner. «Así que se necesita un liderazgo fuerte en ese sentido».
«El costo de competir en la Fórmula Uno en este momento es increíble, y sólo puedo imaginar cómo será en el otro extremo de los pits».
Una posible solución para reducir costos para los equipos más pequeños es que compren los chasis y partes aerodinámicas a las escuderías más grandes, como hacen ahora con los motores.