Extreman vigilancia tras muerte de rehén francés


Las medidas de seguridad fueron extremadas en todo el Sahel y se reiteraron las consignas de seguridad para cualquier desplazamiento tras la ejecución de un rehén francés en Mali por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).


Embajadas, empresas y organizaciones internacionales recordaron las medidas de seguridad elementales para proteger a su personal que trabaja en esa región subsahariana, en particular las zonas más aisladas de Mauritania, Mali, Ní­ger y el sur de Argelia.

«Vamos a limitar aún más los desplazamientos fuera de las zonas protegidas, sensibilizar a nuestros empleados y prestar más atención a cualquier incidente o situación inhabitual», indicó este martes el grupo nuclear francés Areva, que explota dos minas de uranio en Ní­ger y emplea a unas 2.500 personas.

Un grupo europeo de construcción y obras públicas, muy presente en el Sahel, pero que no quiso revelar su nombre, suele realizar campañas de sensibilización contra los riesgos relacionados con las actividades de AQMI.

Luego de la muerte del rehén francés, reiteró sus mensajes de prudencia a sus agencias en los paí­ses de la zona. «Tenemos la suerte de que muchos de los expatriados estén de vacaciones en este momento», subrayó una fuente de ese grupo.

Las grandes empresas francesas presentes en la zona de riesgo, como la petrolera Total, que realiza prospecciones en el este de Mauritania, cuentan con la protección de los ejércitos nacionales.

El Ministerio francés de Relaciones Exteriores acaba de revisar en su sitio web sus consejos a los que viajen a esa región, extremando sus incitaciones a la prudencia en amplias «zonas rojas» de muy alto riesgo en Mauritania, Mali, Ní­ger y el sur de Argelia.

Ahí­ es donde, precisamente, opera Al Qaida en el Magreb Islámico, que reivindicó el domingo la ejecución del rehén francés Michel Germaneau, de 78 años, secuestrado en Ní­ger y luego trasladado a Mali.

«El activismo de AQMI reforzó sensiblemente la amenaza terrorista en la región sahelo-sahariana», señala el sitio de la cancillerí­a francesa, que recuerda que «los modos de acción de este grupo se caracterizan por ataques contra las fuerzas armadas (sobre todo en Mauritania), secuestros y asesinatos de ciudadanos extranjeros, o incluso atentados suicidas».

La Embajada de Francia en Nuakchot instó a los residentes franceses que viven allí­ «a una mayor prudencia y a evitar en lo posible salir» de la capital.

Los temores no conciernen solamente a los ciudadanos occidentales, sino también al personal local, mayoritario en las empresas y las organizaciones internacionales.

Un portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Dakar afirma que «hay que revisarlo todo», en particular para la seguridad de los choferes senegaleses que trasladan desde Dakar vehí­culos para los equipos del ACNUR a Mali y Ní­ger, o llevan a su casa a refugiados mauritanos.

Desde hace más de dos años, la ONU desaconseja a sus empleados en Ní­ger aventurarse en las zonas norte y oeste. A finales de 2008, el enviado especial de la ONU para Ní­ger Robert Fowler y su asistente habí­an sido secuestrados a unos 40 km de Niamey, antes de ser liberados.