Extraña postura


Editorial_LH

Esta mañana, preguntada sobre la afirmación de un colega suyo respecto a dobletes y pagos bajo la mesa a los diputados para aprobar leyes, la diputada Nineth Montenegro dijo que era necesario probar esos hechos; afirmó que ella presentó al Ministerio Público una denuncia para investigarlos, puesto que le parece que si no hay pruebas, se daña la imagen de una institución como el Congreso de la República y por lo tanto al sistema democrático.


Tenemos que afirmar que nos extraña muchísimo la postura de la diputada Montenegro porque ella sabe perfectamente que encontrar las pruebas de un pago a diputados para aprobar leyes es sumamente difícil, pero que la falta de pruebas no demuestra la transparencia de las prácticas legislativas. Citemos el ejemplo de la Ley de Telecomunicaciones, puesto que es fácil entender que si el Congreso no podía ponerse de acuerdo para aprobar ninguna ley por los problemas entre bancadas y la interpelación, debemos encontrar una explicación lógica por la cual de pronto, mágicamente, logran ese acuerdo para aprobar una ley que prorroga las concesiones y hace un enorme regalo a quienes usan frecuencias del Estado para las telecomunicaciones. Según la diputada Montenegro no se puede dudar de la honestidad de sus colegas al aprobar ese instrumento porque, efectivamente, nadie tomó la foto del sobre ni pudo detectar dónde fueron depositados los fondos en efectivo que pudieron “estimular” ese extraordinario regalo que se le hizo a muchas y muy poderosas empresas.
 
 El problema de la corrupción es que se borran eficientemente las huellas y que los implicados siempre se escudan en afirmaciones que reclaman que se presenten las pruebas del caso o que se deje de hacer afirmaciones “sin fundamento”. ¿Querrá la diputada Montenegro que nos atengamos a que la ausencia de reparos de la Contraloría de Cuentas, la ausencia de juicios de cuentas o la falta de procesos penales por corrupción es prueba de que este país es el mayor paraíso de transparencia en el mundo?
 
 ¿No le parece a la representante Nineth Montenegro que la existencia del listado geográfico de obras debiera ser evidencia suficiente para señalar que en el Congreso se pagan los votos?
 
 Ahora resulta que los culpables del deterioro de la imagen del Congreso de la República no son los diputados que se prestan a esas maniobras, sino los que afirman que existen pagos bajo la mesa y no tienen las pruebas para corroborarlo. Para que haya pruebas hace falta que algún diputado digno diga exactamente lo que sabe, puesto que esas cosas no pasan de noche ni totalmente a escondidas. Tal vez el recuerdo de cómo crucificaron a Chepe García Bauer cuando habló “más de la cuenta” hace que surjan estos nuevos cuidados.

Minutero:
Lo malo no es el doblete 
sino que sin pruebas se afirme; 
por eso es que sigue tan firme 
en este país el trinquete