El Partido Comunista de China expulsó hoy al político caído en desgracia Bo Xilai y buscó enterrarlo bajo un alud de cargos con la esperanza de deshacerse del escándalo más dañino en décadas para el liderazgo del país.
Un comunicado del Politburó del partido sumó una serie de cargos sorprendentemente graves y amplios contra Bo, lo que pone fin a la vida pública del funcionario de 63 años de edad, uno de los políticos más conocidos de China y cuya ambición era considerada una amenaza para los principales líderes del país.
El ex miembro del Politburó y jefe regional del partido enfrentará cargos que se remontan más de una década, incluidos abuso de poder, sobornos y relaciones inapropiadas con varias mujeres, lo cual prohíbe el partido debido a que considera que dichas relaciones son un incentivo para la corrupción. También lo acusan de estar involucrado en el encubrimiento del asesinato de un empresario británico por parte de su esposa, lo que fue decisivo para provocar su caída.
«Quieren clavar una estaca en el corazón de su carrera política y hacer absolutamente imposible que reaparezca, no sólo él sino cualquier otra persona que tenga la idea de tratar de crear ese tipo de liderazgo carismático, político y personalizado en alguna parte de China que pueda desafiar el liderazgo (del partido)», dijo Rana Mitter, profesor de historia de China y de política en la Universidad de Oxford.
El Politburó también anunció que el congreso del partido se llevará a cabo el 8 de noviembre. Las fechas para la realización de dicho congreso, que se efectúa cada cinco años, generan mucha expectativa porque en él Hu Jintao dejará el cargo de jefe del partido —y máximo líder de China— tras 10 años de ejercerlo y será reemplazado por el vicepresidente Xi Jinping.
Se esperaba que el congreso tuviera lugar a mediados de octubre, pero los preparativos se vieron ensombrecidos por el escándalo de Bo.
«El comportamiento de Bo Xilai dio lugar a repercusiones graves y enormes daños a la reputación del partido y de la nación, produciendo efectos muy viles en el país y en el extranjero y causando graves daños a la causa del Partido y del pueblo», afirmó el Politburó en un comunicado emitido tras la reunión celebrada en Beijing.