El segundo funcionario en jerarquía de la Unión Europea (UE) en Afganistán y un alto asesor de la ONU abandonaron hoy el país después de ser expulsados por el gobierno, que los acusó de ser una amenaza para la seguridad nacional y los declaró «personae non gratae».
Los dos hombres, un británico y un irlandés, fueron acusados de haber hecho contacto con los insurgentes talibanes.
La ONU insiste que se trata de un malentendido provocado por una visita que ambos hicieron a la ciudad de Musa Qala (sur), un antiguo bastión talibán reconquistado este mes por tropas afganas y británicas.
«Nuestras discusiones y negociaciones con el gobierno de Afganistán prosiguen, para que podamos ver el regreso de estos miembros vitales del equipo», declaró el portavoz de las Naciones Unidas, Aleem Siddique, después de que ambos funcionarios partieron en un avión de la ONU.
El gobierno afgano no dio más detalles de las acusaciones contra el irlandés Michael Semple, número dos de la misión de la UE, y el británico Mervyn Patterson, alto funcionario de las Naciones Unidas.
La oficina del presidente Hamid Karzai se limitó a indicar que estos hombres «constituyen una amenaza para la seguridad nacional de Afganistán».
Sin embargo, responsables que solicitaron el anonimato dijeron que ambos individuos supuestamente habían hablado con los talibanes, y que quizás les habían entregado dinero y armas.
Los talibanes negaron tener vínculos con estos hombres.
Semple era «un espía y un gran enemigo de los talibanes y las acusaciones de sus relaciones con los talibanes son totalmente falsas», afirmó la agencia Prensa Islámica Afgana, con sede en Pakistán, citando un comunicado que recibió del grupo rebelde.
Los dos hombres habían ido a Musa Qala para hablar con «comunidades aisladas para ayudar a relacionarlas nuevamente con el gobierno de Afganistán», dijo Siddique.
«Ellos hablaron con la gente en la zona para tratar de comprender sus necesidades, sus preocupaciones, sus opiniones sobre el gobierno de Afganistán, ya sean buenas o malas», añadió.
Las reuniones con los habitantes de la región son parte de una estrategia para disminuir el apoyo a la rebelión dirigida por los talibanes, que este año fue la más sangrienta desde que los radicales fueron expulsados del gobierno a fines de 2001 por una coalición liderada por Estados Unidos de la cual forma parte Gran Bretaña.
«Para nosotros es sorprendente que estos esfuerzos parezcan haber sido malinterpretados y eso es lo que nos estamos esforzando en rectificar», añadió el portavoz de la ONU.
Siddique insistió en que no hubo conversaciones con los talibanes y dijo que «nosotros no damos dinero a los terroristas».
Un diplomático europeo afirmó que la cuestión era discutida a los niveles más elevados, entre el Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Javier Solana, y el presidente afgano Hamid Karzai.
Otro funcionario europeo en Kabul explicó que esta cuestión no será resuelta hasta que Karzai regrese de una visita de Estado a Pakistán, a últimas horas de hoy.