El ex presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, quedó en libertad de su arresto domiciliario de varios meses al concedérsele la libertad bajo fianza en un caso relacionado con la muerte de un clérigo radical, anunciaron el jueves las autoridades.
Los guardias fueron retirados el miércoles por la noche de la residencia de Musharraf en las afueras de Islamabad, donde estaba recluido desde abril, dijo el funcionario penitenciario Wajad Alí. Musharraf puede desplazarse libremente en Pakistán, agregó.
Sin embargo, el ex presidente y ex jefe del ejército tiene prohibido abandonar el país porque tiene casos pendientes en tribunales, dijo su abogado.
Un tribunal otorgó el lunes a Musharraf la libertad bajo fianza en un caso en el que se le implicaba en la muerte de un clérigo radical durante hechos violentos que tuvieron lugar en 2007 en una mezquita de ideas extremistas en Islamabad.
La decisión del tribunal contribuyó a que se le decretara la libertad una vez completados los trámites necesarios.
Musharraf, que ha enfrentado numerosos problemas judiciales desde su regreso en marzo a Pakistán después de años de exilio voluntario, ya recibió la libertad bajo fianza en otros tres casos en su contra.
Estos asuntos judiciales tienen que ver con su presunta participación en el homicidio de la ex primera ministra paquistaní Benazir Bhutto, la muerte de un dirigente separatista de Baluchistán a manos del ejército y la detención de varios jueces.
Musharraf, de 70 años y ex militar de élite, gobernó el país casi una década después de tomar el poder en 1999 en un golpe de Estado cuando era jefe del ejército.
Fue obligado a dimitir en 2008 ante el aumento de la inconformidad civil con su gobierno y abandono el país poco después.
Regresó en marzo del exilio con la intención de postularse en los comicios nacionales. Sin embargo, fue detenido de inmediato por casos pendientes en su contra.
Un tribunal lo inhabilitó de por vida para postularse a cargos de elección. El partido político de Musharraf no salió bien parado en los comicios de mayo.
Fueron sorprendentes las imágenes de Musharraf enfrentando la justicia como ningún otro paquistaní en un país donde los militares han asumido el poder en golpes de Estado en tres ocasiones y mantenido una enorme influencia incluso durante los gobiernos civiles.
Musharraf desoyó la recomendación del jefe del ejército, de que desistiera de regresar a Pakistán.
Por razones de seguridad, Musharraf fue mantenido en su residencia en los suburbios de Islamabad y no en una prisión.