Un expolicía se convirtió en un héroe al lanzarse a un río cubierto de hielo en Utah para rescatar a tres niños atrapados en un automóvil que cayó tras patinar por un camino resbaloso.
El expolicía Chris Willden no dudó para auxiliar a los niños. Sacó su pistola, la puso contra las ventanas del sedán sumergido en el río Logan y disparó para romperlas. Después extendió sus brazos al interior.
«Yo intentaba asir bracitos, pero no sentía nada», afirmó Willden. «Me dije… ‘¿Ahora qué hacemos?’»
Wilden vio que otros ocho transeúntes también habían acudido a toda prisa al auxilio hasta el terraplén —que tiene tres metros de largo— tras el accidente del sábado por la tarde en la carretera federal 89 en Logan Canyon.
El conductor del vehículo, Roger Andersen, de 46 años, había perdido el control cuando aplicó el freno mientras se dirigía hacia el norte en un trayecto resbaloso.
Andersen logró salir, pero quedaron atrapados en el interior sus dos hijos —una niña de nueve años y un niño de cuatro— así como otra menor de nueve años.
Luego de que Willden rompió a disparos otra ventana, las personas que ayudaban voltearon de nuevo el vehículo, un Honda Accord, y rescataron a los tres menores atrapados, dijo el teniente de la Patrulla de Tránsito, Steve Winward.
El conductor «estaba presa del pánico, hacía todo lo que podía para entrar por las puertas, pero no cedían», expresó Willden, quien saltó al agua con su propio padre.
«Recuerdo que pensé: ‘veré algunos niños muertos. Prepárate’. Yo tengo tres hijos y será un (horrible) comienzo de Año Nuevo».
Willden dijo que intentó infructuosamente abrir las ventas y las puertas. Después utilizó su arma de fuego tal como lo ha hecho en el adiestramiento de su empleo actual como escolta y contratista para el Departamento de Defensa.