Experimentos científicos/sociales I de II


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Practice makes permanent, a habit.

¡Feliz Año Nuevo!

Desde que nuestra nuera Sonia, obtuvo su Doctorado en Biología Molecular, ha hecho investigaciones científicas en dos universidades norteamericanas y ahora en empresa privada en Alemania.

Raymond J. Wennier


Escuchándola, he aprendido lo que representa para ella, por lo menos, hacer una investigación científica. Obviamente no es producir masivamente un producto sólo porque se cree que es el mejor para curar una dolencia. La medicina sería peor que la enfermedad.

Sabemos qué pasa cuando se pone en práctica un experimento científico-social como el realizado en Guatemala en los años cuarenta, cuando médicos extranjeros utilizaron ciudadanos guatemaltecos para inocularlos con los agentes causantes de enfermedad venérea y probar una nueva medicina que supuestamente la curaba.

Cuando se utilizan humanos como sujetos experimentales, se dice que son “conejillos de Indias”; no se saben los efectos del experimento pero ahí va y qué.

A lo largo de los años el mundo ha dado muchos ejemplos de la utilización de personas en experimentos, sin control, sin el cuestionamiento  moral y  ético del mismo.

Ante el anuncio de este tipo de experimentos, resultan  muchas reacciones. Ahora la noticia es que el presidente Mujica de Uruguay consiguió la legalización o despenalización de la producción, distribución,  venta y consumo de la marihuana; también merece muchos comentarios este tema.

Cuando el presidente Mujica dice que es “un experimento”, me pregunto si realmente ha pensado en todos los posibles factores o elementos en juego en tal “experimento social”.

En dos Estados norteamericanos, Colorado y Washington, donde se ha legalizado el uso “recreacional” de la marihuana, se realizó un estudio sobre el comportamiento de los jóvenes adolescentes y su uso. Resulta que como no hay pena de un castigo por usarla, su consumo ha aumentado entre este grupo poblacional. Ya no hay riesgo de una penalización al usarla, entonces ¡A fumar se ha dicho!

En Guatemala se ha hablado y propuesto la misma despenalización sobre el uso de la marihuana. Básicamente se ha quedado en una propuesta sin un claro camino de cómo ponerla en práctica. Ahora se está “tirando al aire” la posible legalización de la siembra, distribución y consumo de la amapola. De la amapola se saca la heroína. Hace cuarenta y cinco años, en un colegio en área marginal de Kansas City, Missouri, dos cuadras atrás del área más grande del uso y distribución de la heroína, vi las causas y los efectos del uso y abuso de la potente droga,  efectos  eufóricos, afrodisíacos, sedantes, depresores del sistema nervioso, que alteraban y enturbiaban las facultades mentales y los efectos que tarde o temprano afectaban el sistema respiratorio de quien la consumía de manera adictiva. Para lograr el efecto deseado y satisfacer la necesidad de la dependencia, aumentaban la dosis y la frecuencia de su consumo.

Sabemos que un hábito negativo, creado y arraigado en la persona, no es fácil de erradicar. Más bien, no se quita, se sustituye por otro hábito positivo que se sobrepone al anterior. Se crean nuevas conexiones cerebrales que lleva tiempo establecer. Por eso los adictos a una droga pueden fácilmente reincidir.

No abusen de su cuerpo, tengan respeto por ustedes mismos.

¿Todavía queremos un “experimento social”?   Continúa.