El martes se inaugurará en Pyongyang la segunda cumbre intercoreana, en la que los líderes de Corea del Sur y la República Popular Democrática de Corea (RPDC) se estrecharán la mano tras siete años y la cual ha atraído la atención mundial, pues se espera que abra el camino hacia la reconciliación y la cooperación en la Península Coreana.
MOMENTO OPORTUNO PARA LA CUMBRE
Según los analistas, es el momento «oportuno» para la celebración de la cumbre, teniendo en cuenta las circunstancias internas y externas de ambos países.
Desde un punto de vista interno, la firma histórica hace siete años de la «Declaración Conjunta Norte-Sur», las relaciones entre los dos países en la península se han atenuado, y se han alcanzado consensos de cooperación en materia política y militar, así como intercambios económicos, sociales y culturales, aunque han seguido surgiendo algunas divergencias y conflictos durante este periodo. La renovada cumbre intercoreana es claramente beneficiosa para ambos países, los cuales están determinados a acabar con las divergencias e impulsar la cooperación para el desarrollo pacífico.
A ojos de la comunidad internacional, la primera fase del acuerdo alcanzado en las negociaciones a seis bandas sobre la cuestión nuclear de la RPDC se desarrolló con éxito, con el cierre de las instalaciones nucleares de Yongbyon y la primera entrega de combustible a Pyongyang, mientras ahora se avanza en la segunda fase. En ésta, ha disminuido la tensión en las relaciones con Estados Unidos, por lo que el ambiente internacional para la celebración de la cumbre no podía ser más propicio.
LA PAZ Y EL DESARROLLO AL MISMO NIVEL
Ante las dudas de la comunidad internacional sobre los temas a debatir durante la cumbre, los analistas locales prevén que el encuentro se centre en temas relacionados con la seguridad y el desarrollo económico.
Como tema clave de la agenda de la cumbre está el asentamiento de la paz en la Península Coreana, bajo un armisticio desde el final de la Guerra de Corea. Hasta hoy la península sigue bajo la sombra de la guerra fría, con más de un millón de soldados preparados a ambos lados de la frontera entre los dos países. Ambas partes han llegado al consenso de que es necesario acabar con el enfrentamiento militar y conseguir el establecimiento de una paz permanente en la península. Y a medida que se progrese en la cuestión nuclear y mejoren las relaciones con Estados Unidos, será más necesaria la resolucón de este problema.
Como algunos analistas han destacado, durante esta cumbre podría alcanzarse una «Declaración de paz de la Península Coreana» o algún acuerdo similar, como principio para el establecimiento de la paz, y para demostrar al mundo la voluntad de ambos países para conseguir la paz, la coexistencia y la prosperidad de manera conjunta.
Asimismo, durante la cumbre se buscará ampliar la cooperación y los intercambios económicos, que han constituido uno de los puntos más destacados en el desarrollo de las relaciones entre ambos países en los últimos años.
La cooperación en materia económica entre Corea del Sur y la RPDC ha registrado un gran impulso, desde los proyectos de cooperación civil en turismo de la montaña Kumgang, hasta la creación de zonas industriales respaldadas por ambos gobiernos, así como la explotación conjunta de recursos naturales y de la industria ligera.
Uno de los temas importantes que se abordarán durante la cumbre será la propuesta de creación de una «Comunidad Económica Norte- Sur» por parte del presidente surcoreano, Roh Moo-hyun. Entre los asistentes a la cumbre que acompañarán al presidente surcoreano figuran líderes de grandes compañías como Hyundai Motor o Samsung, que buscarán la creación de nuevos mecanismos y proyectos de colaboración mediante consultas con los departamentos gubernamentales relacionados.
IMPULSAR LA DESNUCLEARIZACIí“N DE LA PENINSULA
Como participante en las negociaciones a seis bandas y » stakeholder» (socio) del problema nuclear de la Península Coreana, el problema nuclear será un tema inevitable en la cumbre.
Como la RPDC ha reiterado en varias ocasiones, la desnuclearización de la península es el «legado» del difunto presidente Kim Il-song, así como su eterno objetivo. La RPDC desea solucionar de forma pacífica el problema nuclear bajo el principio de «acción por acción», convirtiendo la desnuclearización en una realidad. Del mismo modo, Corea del Sur ha demostrado querer resolver el problema nuclear de manera pacífica mediante el diálogo.
Tras conseguir avances en la cuestión nuclear, que hayan mejorado las relaciones entre la RPDC y EE.UU., y que los países participantes en las negociaciones a seis bandas hayan reconocido la importancia de las mismas, se espera que en la cumbre los dos líderes reiteren su voluntad de poner fin a la cuestión nuclear mediante el diálogo y de conseguir la desnuclearización de la península de forma pacífica. Asimismo, se confía en que reafirmen la posición adquirida en la declaración de 1992 y dejen claro el objetivo general de la desnuclearización, así como que manifiesten su voluntad de solucionar definitivamente la cuestión nuclear para establecer un sistema de paz duradera en la península.
Según los analistas locales, aún persiste la desconfianza provocada por la confrontación de los últimos 50 años y las discrepancias de ambas partes respecto a distintos asuntos. Por este motivo, será dificil encontrar soluciones tras uno o dos encuentros, aunque esta cumbre servirá para dar un paso más en las relaciones entre Corea del Sur y la RPDC sobre la base de la Declaración Conjunta de hace siete años y el espíritu de apoyo mutuo nacional, abriendo un nuevo capítulo en el proceso de paz de la Península Coreana.