Expectativa por posible fin del peor desastre ambiental


El derrame responsable de la mayor marea negra de la historia de Estados Unidos cedió cuando las válvulas de un nuevo embudo instalado el lunes fueron cerradas. FOTO AFP / AP

Los estadounidenses expresaron su alivio hoy luego de que se cortó por primera vez el derrame de crudo que desde abril contamina el Golfo de México, en tanto el presidente Barack Obama llamó a la prudencia hasta que la fuga esté totalmente controlada.


La noticia de que las tres válvulas del gigantesco embudo se habí­an cerrado el jueves fue un rayo de luz para los residentes de la costa cuyos medios de vida han sido devastados.

El derrame responsable de la mayor marea negra de la historia de Estados Unidos cedió cuando las válvulas de un nuevo embudo instalado el lunes fueron cerradas, cerca de tres meses después del naufragio de la plataforma de la petrolera británica BP Deepwater Horizon, que dio origen a la catástrofe.

«El nuevo embudo es una buena noticia», dijo Obama a la prensa en la Casa Blanca. «Hay mucha información en los medios que parece indicar que esto (la contención) se ha hecho», afirmó. «Es importante que no nos adelantemos».

Obama dijo que ingenieros de BP y cientí­ficos del gobierno estaban llevando a cabo una serie de pruebas con el fin de determinar si con el nuevo embudo se podrá poner fin a la fuga sin amenazar la estructura integral del pozo.

«Incluso si no es posible detener la fuga de petróleo, este nuevo dispositivo y su equipo adicional instalados en el Golfo serán capaces de contener hasta 80.000 barriles por dí­a, lo que nos permitirí­a capturar cerca de todo el petróleo antes de que el pozo muera».

«La solución final a todo este problema es terminar los pozos de relevo y conseguir que se completen», agregó el mandatario.

Obama, quien dio este discurso antes de irse de vacaciones con su familia al estado de Maine, advirtió que aún quedaba mucho trabajo por hacer respecto a los daños causados por el peor desastre ambiental de Estados Unidos.

Una de las principales preocupaciones de los equipos en el lugar es la posibilidad de que, atrapado en los pozos que tapó el embudo, el petróleo comprimido no termine por crear brechas y se expanda de nuevo en el mar.

BP intenta asegurarse, mediante mediciones de la presión, que no haya fugas en el pozo, que desciende a 4 km de profundidad bajo el lecho marino. Hasta el momento, la firma británica está «alentada» por los resultados de las pruebas.

«La prueba de integridad continúa, la presión sigue subiendo, ahora está sobre los 6.700 psi (libras por pulgada cuadrada), lo cual es consistente con los análisis de ingenierí­a de BP», dijo el vicepresidente de BP Kent Wells. «Estamos alentados por esos resultados».

«Es un alivio enorme saber que el derrame de petróleo (…) fue finalmente frenado», se alegró el Sierra Club, la más antigua organización ecológica de Estados Unidos.

«Ahora debemos ocuparnos de los problemas que causaron» la marea negra, agregó la organización.

A causa del derrame han debido cerrar activas zonas pesqueras, y los turistas se han mantenido lejos de estas costas, dos fuentes de ingresos vitales para esta región sur del paí­s que todaví­a lucha por recuperarse tras el paso del huracán Katrina en 2005.

También la flora y fauna salvaje se han visto cada vez más amenazadas por las inmensas manchas de petróleo que se arriman a las costas de cinco estados: Texas, Luisiana, Misisispi, Alabama y Florida.

Previsto inicialmente para el martes, el comienzo de las pruebas fue demorado por el gobierno estadounidense, que procuró despejar todos los riesgos, y dio la autorización para su realización el miércoles.

Pero un contratiempo volvió a demorarlo hasta este jueves, luego de que los ingenieros de BP detectaran una fuga en la tuberí­a durante los preparativos, que luego fue reparada.

La Agencia Internacional de Energí­a (AIE) estima que el hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon el 22 de abril provocó hasta el momento un derrame de 2,3 a 4,5 millones de barriles de crudo.

BP Empobrecida y debilitada


El gigante petrolero BP avistaba por fin hoy el final de la fuga de petróleo en el Golfo de México, pero la compañí­a que surge de la catástrofe será diferente, más débil y empobrecida.

El grupo dijo el viernes sentirse «alentado» por los resultados de una prueba crucial para determinar si puede continuar recuperando el petróleo que se filtra por un pozo petrolero dañado del Golfo de México.

«El mercado ve un poco más claro. Es una buena noticia», afirmó el analista David Loudon, de la casa de corretaje Redmayne Bentley.

«Ahora que BP mostró que logró frenar el vertido, deberí­a resistir mejor a las presiones polí­ticas», juzgó de su lado el experto Peter Hutton, de NCB Oils.

En una señal de que el mercado anticipa el final de la crisis, el precio de la acción BP ha comenzado a subir y recuperó el 40% de su valor con respecto al piso que tocó el pasado 25 de junio, aunque aún se cotiza a sólo el 66% de lo que valí­a cuando explotó la plataforma Deepwater Horizon el 20 de abril.

Para los analistas, nada será como antes: «La BP que surgirá (de la marea negra) será diferente de la anterior», afirmó Hutton.

En primer lugar, BP aún no pagó la factura de la marea negra, que podrí­a costarle entre 30.000 y 40.000 millones de dólares, según el consenso entre los expertos, y hasta 70.000 millones según el banco norteamericano Goldman Sachs.

Las cosas serán más precisas cuando salgan a la luz los resultados de la investigación de las autoridades norteamericanas sobre las causas del accidente y las responsabilidades de BP y sus socios.

Para financiar los costos vinculados con la catástrofe, BP deberá vender activos por 20.000 millones de dólares, indicó el viernes el diario Financial Times, lo que despierta la codicia de otras empresas e incluso el rumor sobre una posible compra del gigante petrolero británico.

«El escenario de una venta importante es mucho más realista que el de una enorme fusión», indicó sin embargo Hutton.

En todo caso, la peor catástrofe ecológica de la historia de Estados Unidos significó un golpe imposible de determinar en cuanto a las cifras pero muy severo para la imagen de este grupo con 80.000 empleados.

«La reputación del grupo sufrió daños irremediables», aseguró David Loudon, recordando que BP se habí­a convertido en el «enemigo público número uno en Estados Unidos».

Golpeada ante la opinión pública, la imagen de BP también ha sufrido ante los profesionales de su sector, lo que podrí­a complicar sus futuras operaciones.

Las compañí­as petroleras y los contratistas que se abalanzaban antes de la catástrofe para ver su nombre asociado al del gigante británico podrí­an ahora no querer mostrarse a su lado, estimó Hutton.

En cuanto a las opciones estratégicas que tení­a para garantizar su futuro, BP deberá revisarlas por completo.

«Los yacimientos en aguas profundas del Golfo de México iban a ser una oportunidad esencial de desarrollo para BP. El grupo estaba convencido de que podí­a empujar las fronteras de la tecnologí­a. Pero nada de eso ha sucedido», constató Hutton.

«BP era una de las primeras compañí­as petroleras del mundo pero ya no lo será en el futuro», concluyó en frorma terminante Loudon.