¿Existió alguna vez Tecum Umam?


Versión posmoderna de Tekum, en un cuadro presentado en la exposición de Juannio del año pasado.

En los últimos años, varias personas han manifestado que no existen pruebas de la veracidad de Tecún Umán, quien es considerado como el héroe nacional de Guatemala. La leyenda cuenta Tecum que lideró a las fuerzas k»iche»s para detener el avance de los conquistadores que vení­an fortalecidos con guerreros tlaxcaltecas del actual México. En la batalla del rí­o Xequijel, en Quetzaltenango, Tecum se enfrentó a Pedro de Alvarado; y guerrero indí­gena hirió al caballo y antes de poder arremeter contra el jinete, el español lo atravesó con su lanza.

Mario Cordero
mcordero@lahora.com.gt

Debido a que el rí­o se tiñó de sangre, el rí­o fue bautizado así­, y debido a las plumas de quetzal que Tecum portaba, se denominó Quetzaltenango al lugar. Todo ello es referido en «Tí­tulos de la casa Izquí­n-Nehaib, señora del territorio del Otzoyá», crónica indí­gena publicada por primera vez por Adrián Recinos, junto con otras recopiladas bajo el tí­tulo de «Crónicas indí­genas de Guatemala», y en el «Tí­tulo K»oyoi», publicado por Robert Carmack. Ambas crónicas fueron escritas originalmente en k»iche» en el siglo XVI.

La constancia de la batalla entre españoles y k»iche»s fue consignada por Pedro de Alvarado en sus «Cartas de relación», aunque en ellas no evoca el nombre de Tecum.

No existió

íšltimamente, se ha dado la versión de que la historia de Tecum Umam no es más que una leyenda, y que el personaje fue extraí­do de la versión romantizada de las danzas que los frailes utilizaron para evangelizar a los indí­genas.

La versión más seria de esta hipótesis es la publicada por Guillermo Paz Cárcamo en su libro «La Máscara de Tekum», quien considera que los frailes utilizaron el Baile de la Conquista para evangelizar a los indí­genas, y que de ahí­ se extraerí­a la leyenda del prí­ncipe k»iche» que se impregnarí­a en las crónicas indí­genas antes mencionadas.

Se establece, por muchas evidencias, que el nombre de Tecum Umam no aparece en fuentes fidedignas, y que en las que está establecido, como en la «Recordación florida» de Fuentes y Guzmán, o textos de José Milla, ya tienen la figura hecha leyenda, por lo que carecen de valor histórico.

Asimismo, en las enumeraciones de las casas reales indí­genas, no se menciona a un Tecum, nombre que, a su vez, tampoco tiene raí­z en las lenguas mayas, sino que procede del náhuatl.

Sí­ existió

Investigaciones recientes aseguran que es apresurado declarar la falta de existencia de Tecum sólo por la falta de pruebas. Habitualmente, la repetición de la leyenda en otras fuentes, refiere que la historia es muy fuerte como para haber sido simplemente inventada. Además, antropólogos estarán de acuerdo en que es difí­cil que una leyenda que carece de por lo menos algunos ví­nculos con la realidad, logre penetrar tanto en el inconsciente colectivo de un pueblo.

Según el investigador holandés Ruud van Akkeren, quien publicó «La visión indí­gena de la Conquista», Tecum sí­ existió, sólo que la comprobación de su veracidad no es tan simple.

En primer lugar, considera que las crónicas indí­genas que refieren la historia de Tecum fueron escritos antes de que los frailes lograran crear el Baile de la Conquista. Al principio, las danzas evangelizadoras se referí­an a otros contenidos, más bien religiosos, y no de carácter histórico. Para Van Akkeren, es más probable que los frailes hayan extraí­do de las crónicas indí­genas la historia de Tecum y del resto de las batallas, para crear la danza.

En una larga revisión que hace Akkeren, considera que la batalla en Xequijel sí­ tiene fundamento histórico, y de ello no hay confusión. Asimismo, se acepta que un prí­ncipe k»iche» lideró los ejércitos. Algunos creen que éste lí­der no era Tecum Umam, sino más bien otro.

Akkeren revisa la genealogí­a de las casas k»iche» de esa época y, según los modos jerárquicos, logra establecer el nombre de quien tení­a que asumir el liderazgo de los ejércitos. Para el investigador holandés, el nombre es Tecum, simplemente. El acompañante de «umam» es el tí­tulo que se le conferí­a, el cual referí­a que era el Capitán Mayor del Ajpop.

Habitualmente, se conoce al personaje como Tecún, pero por las investigaciones, incluso las que intentan establecer su inexistencia, refieren su nombre con el variante de Tecum, el cual deberí­a escribirse como Tekum, pues el alfabeto k»iche» carece del grafema «c».

Tení­a razón, pues, Miguel íngel Asturias en su poema «Tecúm-Umán», en referir su nombre con «m» final, y razón en dedicarle un poema, pues, aunque aún no haya consenso en su existencia, sí­ es un hecho que la leyenda se ha impregnado en el inconsciente colectivo del guatemalteco, tan así­ que se continúa considerando el héroe nacional y su celebración sigue ocurriendo el 20 de febrero de cada año.

Según el investigador holandés Ruud van Akkeren, quien publicó «La visión indí­gena de la Conquista», Tecum sí­ existió, sólo que la comprobación de su veracidad no es tan simple.