La OTAN permanecerá en Afganistán el tiempo que sea necesario, pero su apoyo al gobierno que formará el presidente Hamid Karzai tras su reelección no es incondicional, advirtió el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussen, en una entrevista concedida a la AFP.
«Estamos en Afganistán, antes que nada, por nuestra propia seguridad. Si lo abandonáramos, el país se convertiría en un santuario para los terroristas», declaró el danés Rasmussen.
Pero, explicó, «la comunidad internacional necesita saber con quién va a tratar en Kabul, ahora que las elecciones presidenciales llegaron a su fin» con la reelección de Karzai.
«Hay que asegurarse de que será un gobierno fuerte, creíble, un gobierno que proporcionará al pueblo afgano servicios básicos».
En este sentido, la iniciativa de Francia, Alemania y Gran Bretaña de organizar una conferencia internacional probablemente a principios de 2010 sobre Afganistán es «un paso evidente en la buena dirección», estimó Rasmussen.
Esta reunión podría ser la ocasión para la «comunidad internacional de establecer un nuevo contrato con el gobierno de Kabul» de bases claras, dijo.
«Nuestra misión requiere paciencia», afirmó cuando se le interrogó sobre si cree que sólo harán falta unos pocos años para hacer desaparecer la corrupción que se reprocha a las autoridades afganas.
Sobre la operación militar, «terminará cuando los afganos sean capaces de ocuparse de su país. Es por esto que la misión de formación de soldados y policías afganos debe cobrar envergadura», alegó.
Rasmussen juzgó «comprensible» que Estados Unidos «se tome un tiempo de reflexión» para decidir sobre un envío de refuerzos militares. «Son decisiones muy, muy difíciles», explicó
El comandante en jefe de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) de la OTAN, el general Stanley McChrystal, reclamó entre 10.000 y 40.000 soldados estadounidenses suplementarios para hacer frente a la insurgencia talibán.
Mientras el presidente estadounidense, Barack Obama, no adopte una resolución al respecto, y el gobierno de Karzai no haya dado muestras de buena voluntad contra la corrupción institucional, Rasmussen señaló que es ilusorio pensar que los europeos «tomen una decisión» sobre si amplían su implicación militar.
Una vez se despejen las dudas en Washington y Kabul, Rasmussen espera que los europeos se decidirán «en las semanas posteriores» e incluso confía en zanjar el asunto antes de la reunión de ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN prevista los 3 y 4 de diciembre en Bruselas.
París, Roma, Madrid y Berlín no han prometido nada por ahora y únicamente Londres ha anunciado su intención de enviar 500 soldados adicionales bajo condiciones a Afganistán, donde la OTAN ya tiene desplegados a 68.000 militares de 42 países.
Rasmussen afirmó empero que «todas las capitales reflexionan actualmente sobre la mejor manera de hacer avanzar las cosas».
El secretario general rechazó finalmente la idea de que la supervivencia de la Alianza Atlántica dependa de su éxito en Afganistán, escenario de la mayor operación de su historia.
«No es una cuestión de blanco o negro, si bien es un operación importante, con muchas cosas en juego», resumió el danés, para quien Afganistán es además «un banco de ensayo sobre la capacidad de la OTAN para hacer frente a las nuevas amenazas de hoy en día».
El ministro francés de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner, afirmó que el reelecto presidente afgano Hamid Karzai «es corrupto» pero «es nuestro hombre» , en declaraciones publicadas el jueves por el New York Times y el International Herald Tribune.
«Karzai es corrupto, ok», dijo Kouchner antes de añadir que la corrupción es endémica en Afganistán, según esos dos matutinos que relatan algunas declaraciones del canciller francés en estilo indirecto.
Pero «es nuestro hombre», agregó, antes de estimar que «debemos legitimarlo».
Hamid Karzai fue reelegido al frente de Afganistán tras la retirada, el pasado domingo, de su rival Abdulá Abdulá de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que debía celebrarse el 7 de noviembre. La primera vuelta, plagada de fraudes según la comunidad internacional, se celebró el 20 de agosto.
Sin desmentir esas declaraciones, el portavoz de la cancillería francesa, Bernard Valero, indicó que Kouchner había hablado por teléfono con Karzai el miércoles para felicitarlo y garantizarle que «Francia está junto a los afganos en esta fase esencial para la vida democrática del país».
El portavoz precisó que Bernard Kouchner asistirá en Kabul a la ceremonia de investidura de Karzai.
En sus declaraciones, el jefe de la diplomacia francesa lamenta también la falta de concertación entre los aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán, e inclusive entre los países de la Unión Europea (UE) que tienen tropas en ese país asiático.
«En Europa, actuamos, luchamos, vamos a la guerra, pero no hablamos y es realmente una pena», afirmó Kouchner. El canciller francés consideró que la Alianza Atlántica «no funciona para nada» en Afganistán.
«Â¿Cuál es el objetivo? ¿Cuál es el camino? ¿En nombre de qué?, se preguntó Kouchner según el New York Times.
Según ese periódico, Kouchner dijo que aprecia la nueva estrategia de Estados Unidos en Afganistán e insistió en los aspectos civiles de la intervención internacional. Pero también se preguntó «Â¿Dónde están los estadounidenses? Esto comienza a ser un problema» antes de añadir: «necesitamos hablar».