La presidencia del Kurdistán iraquí pidió hoy a los rebeldes kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que se refugian en su territorio que pongan fin a la lucha armada que libran desde hace más de 20 años contra Turquía.
«Pedimos al PKK que renuncie a la violencia y a la lucha armada como forma de operar», indicó un comunicado de cuatro puntos hecho público por la oficina de Massud Barzani, el presidente de la región autónoma del Kurdistán iraquí (norte de ese país) y tradicionalmente su líder más influyente.
Barzani también rechazó «el uso del territorio iraquí para amenazar la seguridad de los vecinos» turcos, en una advertencia al PKK, que lucha por el separatismo del sureste de Turquía con el gobierno de Ankara desde 1984.
Este comunicado representa el compromiso más claro de las autoridades del Kurdistán iraquí desde que empezó la crisis por la presencia de bases del PKK en esa región, cuya seguridad es garantizada por unos 100.000 «peshmergas» y no por el ejército de Irak.
El gobierno turco amenazó con intervenciones armadas en esa región montañosa para eliminar las bases de unos 3.500 rebeldes del PKK, acusados por Ankara de perpetrar acciones transfronterizas contra sus tropas.
«No creemos en el recurso a la violencia como doctrina y método para lograr objetivos políticos», indicó el primer punto del comunicado, que nunca menciona las amenazas turcas.
«No aceptamos el uso del territorio iraquí, concretamente el del Kurdistán, como base para amenazar la seguridad de los países vecinos», añadió el segundo punto.
«Pedimos al PKK que renuncie a la violencia y a la lucha armada como forma de actuación. El problema actual deberá resolverse de forma política y diplomática. Es necesario renunciar a otros métodos, que son ineficaces», según el tercer punto.
«Condenamos todos los actos terroristas porque la población del Kurdistán ha sido víctima del terrorismo», concluyó el cuarto y último apartado de la nota.
Este texto fue dado a conocer al día siguiente de la visita a Bagdad del canciller turco, Ali Babacan, que también se declaró favorable a una solución diplomática para la crisis actual.
Sin embargo, Turquía mantiene la presión asegurando que su ejército podría atacar en cualquier momento las bases del PKK.
Estados Unidos, por su parte, reiteró el martes su preferencia por la diplomacia, pues teme que una incursión turca en el Kurdistán desequilibre una de las pocas regiones tranquilas de Irak.
Este país anunció el martes su intención de cerrar «las oficinas del PKK y prohibirle actuar en suelo iraquí». Pero Bagdad no tiene autoridad en el Kurdistán iraquí y depende de la buena voluntad de su presidente Barzani.
Turquía, acusada recientemente de querer dañar al Kurdistán iraquí, que es una entidad autónoma y próspera desde 1991, ha subrayado que su único objetivo es eliminar al PKK.
«No tenemos ninguna segunda intención sobre la integridad territorial o la unidad política de Irak», declaró el martes el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.