No hay peor cosa en cualquier actividad humana que encontrarse con gente que siempre tiene la excusa en la punta de la lengua cuando no cumple con sus deberes y obligaciones. En Guatemala tenemos que promover una cultura de responsabilidad para que abandonemos esa tendencia tan generalizada de andar buscando siempre justificaciones para evadir nuestras obligaciones y ello quedó en evidencia hoy, al cumplirse el aniversario del terremoto de San Marcos, cuando los funcionarios encargados de tal tarea se dedicaron a dar razones por las cuales no pudieron cumplir con lo ofrecido, es decir, ejecutar la reconstrucción en menos de un año.
Ya el Presidente, quien dijo inicialmente que en seis meses se haría el trabajo, prorrogó el plazo hasta fin de este año, pero es evidente que si de las más de cuatrocientas escuelas destruidas, por ejemplo, apenas se han reconstruido unas cuarenta, no será posible que el nuevo ciclo escolar arranque con instalaciones adecuadas. Lo mismo pasa con las viviendas en las que afirman que tienen un avance de alrededor de sesenta por ciento.
Dicen los funcionarios que no es lo mismo ver las cosas de afuera que verlas de adentro y que en el terreno se han dado cuenta que faltan documentos legales para acreditar propiedades y de esa manera reconstruir. Recordemos que los funcionarios dijeron que ellos no harían como los anteriores gobiernos, que se tomaron años para cumplir su promesa luego de las tormentas que asolaron al país, pero resulta que ahora esgrimen los mismos argumentos que, por manidos, resultan deleznables.
Si el Presidente encomendó el trabajo de la reconstrucción a la Vicepresidenta y ella, a su vez, lo asignó a sus principales colaboradores, debieran poner ejemplo rechazando las excusas para exigir resultados concretos que no les dejen, como a sus antecesores, como politiqueros que engañan haciendo promesas a diestra y siniestra. Un buen ejecutivo, y los mandatarios del país tienen obligación de serlo, no pueden aceptar esas excusas torpes de quienes atropellan sus palabras para irlas formulando con el eterno descaro de los burócratas acostumbrados a justificar su inactividad siempre buscando otros chivos expiatorios.
¿Cuándo será el día en que nuestros principales funcionarios den el ejemplo de asumir su responsabilidad y de exigir a sus colaboradores que hagan lo propio? Mientras el Presidente y la Vicepresidenta se conformen con los pretextos que les ofrecen sus subalternos para explicar que no han podido cumplir con lo prometido, seguirán alentando la irresponsabilidad que es causa del atraso de un país que demanda más rendición de cuentas y cumplimiento de deberes.
Minutero:
Ya sea una construcción
u obras de reconstrucción,
el que asume el despacho
es experto en mamarracho