China volvió a registrar en agosto un fuerte excedente comercial, cercano a 25.000 millones de dólares, a pesar de las promesas de reducir progresivamente el contencioso con sus socios occidentales.
Las exportaciones aumentaron un 22,7% a 111.360 millones de dólares, mientras que las importaciones se incrementaron en un 20,1% a 86.380 millones de dólares, lo que supone un superávit de 24.970 millones, según cifras del servicio de aduanas publicadas este martes.
Este excedente es ligeramente inferior al récord histórico de 26.910 millones de dólares, alcanzado en junio.
Desde enero, el superávit se ha establecido en 161.760 millones de dólares, cifra cercana al récord de 2006 (177.470 millones de dólares).
«Esperamos un total de 250.000 millones en 2007», afirmó Wang Tao, economista del Bank of America.
Los desequilibrios comerciales son motivo de fuertes tensiones entre Pekín y sus socios estadounidense y europeo.
Para los occidentales, la infravaloración del yuan es una de las principales causas de esta situación, ya que otorga una fuerte ventaja en materia de competencia a los exportadores chinos.
La semana pasada, el presidente estadounidense, George W. Bush, pidió a su homólogo chino, Hu Jintao, que tome «medidas perdurables» en favor de la flexibilidad del yuan.
Preocupadas por calmar el enfrentamiento y paliar los desequilibrios de su economía, las autoridades chinas han dejado que su moneda se aprecie gradualmente frente al dólar desde la revaluación de julio de 2005, cuando su precio se fijó en 8,11 yuanes por dólar.
En estas últimas semanas, el cambio giraba en torno a los 7,5 yuanes por dólar, alcanzando una cotización récord de 7,5252 el pasado lunes.
Pekín pretende estimular el consumo interno con el fin de que el crecimiento de su economía no dependa de las exportaciones y, por tanto, del estado de la economía mundial.
«El desequilibrio comercial supone también una inestabilidad económica para China», estimó este martes Joerg Wuttke, presidente de la Cámara de Comercio Europea en Pekín.
«No se puede exclusivamente exportar y exportar, acumulando dólares y euros, y seguir viendo cómo aumentan sus reservas de cambio», lo que provoca problemas de exceso de liquidez y de inflación, añadió.
Por otro lado, el índice de precios al consumo no deja de ascender desde finales de 2006, alcanzando en agosto su nivel más alto desde hace casi 11 años, a un 6,5%.
En los ocho primeros meses del año, dicho índice sobrepasó el objetivo oficial inicial, fijado en el 3% para 2007, alcanzado el 3,9%.
«El creciente desequilibrio comercial es políticamente inestable en Europa también», señaló Wuttke.
«Deben estar preparados a que Europa reaccione y esto nos preocupa», advirtió.