El exalcalde de San Diego, Bob Filner, expulsado de su cargo por acusaciones de acoso sexual, se declaró culpable el martes de un delito grave por aplicar una llave al cuello y dos faltas menores por contacto físico no deseado con otras dos mujeres en eventos públicos.
La declaración ocurre menos de dos meses después que el excongresista demócrata dijo desafiantemente que era víctima de un linchamiento e insistió que sería reivindicado de las acusaciones de acoso sexual de al menos 17 mujeres si se permitía que el debido proceso siguiera su curso.
Entre sus acusadoras están una almirante jubilada, una decana universitaria y una bisabuela.
Dijo poco más que «culpable» cuando un juez leyó los cargos en su contra, un delito grave de privación ilegal de libertad y dos cargos menores de agresión.
Según el acuerdo, la Procuraduría General del estado recomendará que Filner sea sentenciado a tres meses de arresto domiciliario y tres años de libertad condicional. La pena máxima por el delito grave es de tres años de prisión y un año por cada delito menor.
Filner retuvo a una mujer contra su voluntad en un evento de recaudación de fondos el 6 de marzo, aplicándole fuerza adicional cuando ella se resistió, según el acuerdo de negociación de cargos. El abogado del exalcalde, Jerry Coughlan, dijo a periodistas que Filner le aplicó una llave al cuello.
También besó a una mujer sin permiso en un evento el 6 de abril y le agarró el trasero a otra mujer en un mitin para limpiar una isla de Mission Bay el 25 de mayo. Ninguna de las víctimas fue identificada.
Filner, de 71 años, no hizo comentarios después de la audiencia, pero su abogado dijo que el exalcalde «se disculpaba profundamente» por su comportamiento.
«Pienso que él quiere redimir su legado original, que era maravilloso, y dejar esto atrás», dijo Coughlan. «Ha estado haciendo jogging, se ha sometido a terapia, ha hablado con amigos, ha tratado de encontrar la manera de enfrentar este tipo de problemas. Es un asunto de tiempo completo».
Filner renunció el 30 de agosto cuando sucumbió a una intensa presión después de que al menos 17 mujeres sacaron a la luz escabrosas acusaciones de acoso sexual. Había estado en el cargo menos de nueve meses, de un mandato de cuatro años, y era el primer alcalde demócrata de San Diego en 20 años.
Aceptó no postularse a un cargo público y someterse a terapia sicológica. La audiencia de sentencia se fijó para el 9 de diciembre.
Filner entró al tribunal solo, vestido de traje azul oscuro, y se le veía charlar amigablemente con sus dos abogados antes de comenzar la audiencia.
Los cargos no incluyen el caso de la ex directora de comunicaciones de Filner, Irene McCormack Jackson, que fue la primera en hacer públicas las acusaciones de acoso sexual en julio. Ella presentó una demanda legal contra el entonces alcalde y el gobierno municipal, argumentando que su antiguo jefe le pidió que trabajara sin ropa interior, exigió besos, le dijo que deseaba verla desnuda y le aplicó una llave al cuello mientras le susurraba al oído.
A cambio de la renuncia de Filner, el municipio aceptó pagarle sus gastos legales en una defensa conjunta de la demanda de McCormack y cubrir cualquier pago por acuerdos, excepto indemnización por daños y perjuicios.