El partido Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, fundado por la ex-guerrilla, emitió, el pasado 2 de mayo, una declaración pública en la que alude al proceso judicial de los militares José Efraín Ríos Montt y José Mauricio Rodríguez Sánchez, acusados del delito de genocidio (y también del delito de lesa humanidad). La declaración exhibe este título: “La justicia es el verdadero camino a la paz: nadie está por encima de la ley”.
El partido de la ex-guerrilla afirma que no se han cumplido los Acuerdos de Paz ni las recomendaciones de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico; pero no afirma que hubo genocidio. Y afirma que hay “impunidad como garantía de la represión tal como hemos observado en el juicio que se sigue a militares por los delitos de genocidio y crímenes de lesa humanidad”; pero no afirma que hubo genocidio.
El partido de la ex-guerrilla afirma que en una declaración emitida el pasado 19 de Abril, denominada “Impunidad y rearticulación de los actores en contra del pueblo, en el juicio por genocidio”, lamentó que hayan sido rechazadas o incumplidas las recomendaciones de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico; pero no afirma que hubo genocidio.
El partido de la ex-guerrilla afirma que, en una declaración emitida el 12 de Marzo del año 1999, “con profundo dolor y humildad” pidió perdón por los “daños irreparables, injusticias y ofensas” que, “a causa de excesos, equivocaciones o irresponsabilidades”, cometieron los miembros de las fuerzas insurgentes “en el curso del enfrentamiento armado”; pero no afirma que hubo genocidio.
El partido de la ex-guerrilla afirma que “todas las partes debemos sujetarnos al espíritu y contenido de la Ley de Reconciliación Nacional”, aprobada el 27 de Diciembre de 1999; pero no afirma que hubo genocidio. Y afirma que el artículo 8 de esa misma ley “establece claramente la imprescriptibilidad de los delitos de genocidio y lesa humanidad”; pero no afirma que hubo genocidio.
El partido de la ex-guerrilla afirma que hay una “campaña de tergiversación y manipulación”, que pretende que “los horrores de la guerra” cometidos por el Ejército de Guatemala, “y otros aparatos represivos del Estado”, sean “equiparados” con los “excesos”, las “equivocaciones” o las “irresponsabilidades” que cometieron las fuerzas insurgentes; pero no afirma que hubo genocidio. Y finalmente afirma que “debe respetarse el Estado Democrático de Derecho que aun con muchas dificultades estamos construyendo”; pero no afirma que hubo genocidio.
Puede argumentarse que el partido de la ex-guerrilla solo se abstiene de afirmar que hubo genocidio y, por consiguiente, no niega explícitamente que lo hubo, ni excluye la posibilidad de afirmar posteriormente que lo hubo. También puede argumentarse que, aunque el partido crea que hubo genocidio, se ha abstenido de afirmar que lo hubo, para mostrar su sometimiento a la intención explícita o implícita de la Ley de Reconciliación Nacional.
El hecho es que ni aun el partido mismo que fundaron las organizaciones guerrilleras, aquellas mismas que combatieron contra el Ejército de Guatemala, y que fueron combatidas por ese mismo ejército; es decir, ni aun el partido que podría tener un extraordinario interés político en afirmar que hubo genocidio cometido por las fuerzas militares del Estado, se ha abstenido de afirmarlo.
Post scriptum. El pasado 23 de Abril, el Secretario General de Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, Ángel Sánchez, exigió que se “respete plenamente la autonomía de los poderes” del Estado; pero no afirmó que en nuestro país hubo genocidio. Afirmó que es urgente reformar la administración de justicia del modo como lo contemplaban los Acuerdos de Paz; pero no afirmó que en nuestro país hubo genocidio.