A lo largo de la historia, los distintos pueblos de origen maya, han evolucionado su forma de producir y por ende su manera de relacionarse económicamente. Estos cambios se han dado por varias circunstancias, en donde han influido acontecimientos como la invasión a América, y derivado de esto, todo lo que conlleva la imposición de las reglas en el nuevo sistema económico predominante.
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Se sabe que desde épocas prehispánicas los mayas eran excelentes agricultores, con amplios conocimientos de los cultivos y la tierra. La fabricación de herramientas agrícolas, les permitió diversificar y aumentar la producción, lo cual fue acompañado de una división del trabajo. Además de esto, también implementaban incipientes prácticas de sostenibilidad de la producción, puesto que lograron frenar la erosión y mantener la humedad –en terrazas o camellones, similares a las chinampas-, complementando ello con un sistema de regadío y la aplicación de fertilizantes vegetales.
En lo que se refiere a las formas de propiedad, en un principio eran totalmente opuestas a las actuales, porque para los mayas la tierra es una de las partes del universo que no puede ser propiedad particular, es decir que les pertenece a todos. Esto, tal vez es una de las características fundamentales de la economía maya, dado que, la forma de propiedad es altamente determinante para el nivel de bienestar que pueda generarse en una sociedad.
El antes y después de la evolución de la economía maya, se da en el momento de la invasión española, es acá donde cambian radicalmente las formas de relaciones, se impone un sistema, que aunque ha cambiado a lo largo de la historia reciente, sigue funcionando bajo la misma lógica. A la llegada de los españoles, se instauraron métodos de explotación en donde los mayas experimentaron un profundo cambio, puesto que fueron despojados de varias de sus pertenecían o en lo que hasta ese momento era propiedad comunal.
Desde aquel entonces hasta la actualidad, la economía maya ha iniciado una fase de incrustación y “adaptación” al nuevo sistema económico imperante. Es decir, que pasa de la propiedad colectiva a la privada, debe aumentar sus excedentes en la producción, y no necesariamente para mejorar el nivel de satisfacción o consumo de los productores directos, entre otras más diferencias.
En conclusión, adelantándose un poco más de 500 años de aquel evento que marcó un antes y un después, puede corroborarse que la economía que practica una considerable cantidad de los descendientes mayas en la actualidad, es una situación que apenas les alcanza para la supervivencia. La mayoría que fueron movilizados al altiplano del país, deben cosechar en tierras que no necesariamente poseen vocación agrícola, en donde los rendimientos son bajos, mismos que se acompañan de una atomización de la tierra cada vez más aguda. Entonces, en muchos casos estos descendientes han tenido que migrar a otras regiones o países, para dedicarse a actividades comerciales, agrícolas o diversas; para sobrevivir a los cambios que ha experimentado su economía después del impacto que generó pasar a un sistema de relaciones económicas “modernas”.