El presidente boliviano, Evo Morales, llamó hoy al diálogo con la oposición que ha desatado protestas en el país aunque insistió en que no dará marcha atrás en su propósito de poner fin al latifundio ni llevar adelante un proceso de cambio que incluye más nacionalizaciones.
«Piden diálogo, vengan a dialogar, jamás hemos roto el diálogo, esperaré en el palacio de Gobierno porque somos de la cultura del diálogo», dijo Morales a los opositores que le dieron un ultimátum hasta el viernes antes de llamar a una huelga, ante un auditorio de indígenas en una plaza de La Paz.
Firme a la vez en su proceso de transformaciones, que le llevó a nacionalizar los hidrocarburos el pasado 1 de mayo y torcer el brazo a las multinacionales petroleras, Morales proclamó que «no tengo ningún miedo para firmar un decreto contra el latifundio».
A poco de retornar de Holanda, Morales acudió al encuentro de miles de campesinos e indígenas que en algunos casos caminaron 500 km hasta La Paz en demanda de tierras en momentos en que el debate por la reforma a la ley de tierras está trancado en el Senado, tras el repliegue de la oposición.