Evo Morales asume su segundo mandato, con poderes casi ilimitados


El presidente de Bolivia, Evo Morales (C), acompañado por su par de Ecuador Rafael Correa (I), el vicepresidente ílvaro Garcí­a Linares (2I), la premio Nobel de la Paz guatemalteca Rigoberta Menchú y el prí­ncipe Felipe de Borbón y Grecia, en el balcón del Palacio Quemado durante el inicio del nuevo periodo del gobierno boliviano. AFP

El presidente de Bolivia, Evo Morales, será investido el viernes para un segundo mandato de cinco años con un poder casi ilimitado para crear un nuevo Estado socialista e indigenista en reemplazo de «un Estado colonial que se va», según dijo este jueves.


La ceremonia oficial se efectuó con invitados extranjeros. AFPLa investidura indí­gena es tradicional para Evo Morales. AFP

Morales, de 50 años, asumirá en una ceremonia en la nueva Asamblea Legislativa -que sustituye al antiguo Congreso nacional-, frente a una oposición debilitada que vio impotente los cambios que logró imponer en su primera gestión.

El mandatario -que en su primer periodo nacionalizó los hidrocarburos y las telecomunicaciones- anunció este jueves que avanzará hacia la «refundación de Bolivia», despidiendo «un Estado colonial que se va», según dijo en una ceremonia ritual en la que fue ungido guí­a espiritual de los pueblos indí­genas.

«Pasamos de un Estado colonial a uno social y plurinacional», explicó esta semana el vicepresidente ílvaro Garcí­a.

Para impulsar los cambios, Morales -que ganó las elecciones en diciembre con un respaldo del 64%- dispone de una abrumadora mayorí­a de 2/3 en la nueva Asamblea Legislativa, lo que le permitirá no sólo imponer medidas de transformación sino elegir a discreción las autoridades en los poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral.

La principal candidatura opositora acumuló apenas 26% de los votos.

Para dar una imagen de la magnitud del cambio, Morales entregará al Congreso la tradicional banda presidencial con los colores amarillo, rojo y verde de la bandera boliviana y recibirá otra en la cual se incluye la bandera multicolor indí­gena (whipala).

Además, el gobierno decretó que el 22 de enero sea «dí­a de la Fundación del Estado Plurinacional» en paralelo con el 6 de agosto, en que se conmemora la fundación de Bolivia, en 1825, mientras en el Congreso los retratos de los libertadores de Bolivia, Simón Bolí­var y Antonio José de Sucre, fueron relegados por los de los héroes indí­genas Túpac Katari y Bartolina Sisa.

Al respecto, el ex presidente liberal Carlos Mesa escribió en el diario La Razón este jueves que los actuales gobernantes «no se dan cuenta que aunque saquen todas las estatuas, entierren todas las medallas, cambien el escudo y hagan desaparecer de sus pechos la bandera tricolor, cuando su tiempo termine la historia se impondrá sobre las imposturas».

«La bandera de este paí­s es y será siempre una sola, la tricolor, aunque inunden el territorio de wiphalas, y Bolí­var y Sucre seguirán siendo figuras singulares de la creación de la patria», agregó.

En un paí­s de 10 millones de habitantes y con altos í­ndices de pobreza, Morales tendrá varios retos, empezando por el del gas, pues Bolivia posee la segunda reserva más grande de Sudamérica después de Venezuela pero tiene problemas para aumentar la producción.

Igualmente tendrá ante sí­ la tarea de convencer a la comunidad internacional de que puede luchar contra el narcotráfico sin ayuda de la estadounidense DEA, a la que expulsó el año pasado.

El mandatario, quien sigue siendo presidente de las confederaciones cocaleras de la región del Chapare (zona productora de esa hoja), ha realizado en foros internacionales una cerrada defensa de la coca, que tiene en su paí­s uso medicinal y alimentario.

También el presidente deberá convencer de que no está entrando en un Estado de autoritarismo en momentos en que se despliegan medidas judiciales contra varios de sus principales opositores.

De hecho, el lí­der opositor Manfred Reyes Villa viajó clandestinamente a Estados Unidos a fines de diciembre, argumentando persecución polí­tica luego de que se multiplicaran contra él procesos judiciales por distintas causas.

En un momento en que la oposición polí­tica está debilitada, son las regiones las que han hecho contrapeso a Morales.

Por eso para Morales son decisivas las elecciones regionales de abril próximo, si es que quiere seguir extendiendo sus poderes.