Evidente fracaso económico


Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. El fracaso del sistema liberal en la economí­a mundial es evidente. Por supuesto, que los fedallines que defienden el sistema liberal sin reglas, sin lí­mites, sin normas, continuarán hablándonos de astronomí­a, de leyes de gravedad y demás charadas que justifiquen su criterio.

Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

Las evidencias del abuso de unos pocos, de la reducida élite, nadie lo puede ocultar. Qué bonito, qué conveniente es decir que el derrame de la riqueza llega a la clase media, reduce la pobreza, resuelve los problemas de miseria, de salud, de inseguridad y todo lo demás. Suave la vida, a un ejecutivo le pagan en un año, entre sueldo, premios, bonos y dividendos sumados, más de lo que le pagan a todos los laborantes juntos.

Hablar de solidaridad, no pagar impuestos, criticar al Estado, al sistema democrático y sus instituciones se ve hoy totalmente refutado con la suma de pérdidas que ha producido el pago que todos los contribuyentes deben asumir para apoyar los bancos, las empresas de las élites económicas, cifra que es más de diez veces lo que se necesita para que no haya niños, mujeres y ancianos que se mueren de hambre en todo el mundo.

La inversión que requiere combatir el cambio climático también es mucho menos a lo que se tiene que invertir hoy, no para resolver sino tan solo, para detener el abuso de las polí­ticas económicas y sociales que despiadadamente han aplicado los defensores del liberalismo.

No nos debe sorprender, no nos debe de extrañar que se intensifique el uso de los medios de comunicación social que la cúpula económica controla en gran parte para justificarse, defenderse y para convencer que el fracaso no es del abuso del mercado. ¿Cómo pueden negar la verdad, la realidad que su ambición, que su manipulación ha creado?

Independientemente de cuál sea el resultado polí­tico de las elecciones generales de los Estados Unidos, el mundo debe de examinarse, buscar el equilibrio, la justicia social que permita mejorar la producción de la calidad de bienes, la distribución de oportunidades y de riqueza dentro de todos los seres que integran la producción. La caí­da de Wall Street debe ser como el principio de la primavera que estimule que los frutos no sean acaparados de forma exclusiva por las cúpulas o élites que hasta el momento, internacional y nacionalmente han usufructuado la mayorí­a de la riqueza.

«Un nuevo trato social» es la única forma de lograr que la humanidad viva en paz. Pretender contradecir la solidaridad entre todos y cada uno de los seres que integran la humanidad, no debe ser defendida, mucho menos justificada, No existe religión, ni persona que intrí­nsicamente no sepa distinguir entre el bien y el mal por mucha propaganda, por mucho lavado de cerebro que se haga a través de escuelas, universidades, asociaciones y medios de comunicación. El espejismo, la hipnosis que se habí­a logrado por parte de las cúpulas y élites se rompió.

Los guatemaltecos debemos de aprovechar las circunstancias para no escatimar esfuerzos que nos acerquen a una sociedad socialmente más justa y adecuada como España, Chile, para sólo señalar dos ejemplos de igual raí­z a la nuestra.