Para un católico o un evangélico dar una ofrenda –el acto de entregar una contribución monetaria a su iglesia– forma parte de su vida religiosa y se considera un acto voluntario acorde con su fe.
rperez@lahora.com.gt
Sin embargo, los métodos de recaudación son totalmente diferentes entre los fieles de ambos credos; mientras algunas de las grandes iglesias evangélicas han implementado sistemas tecnológicos modernos para recibir los recursos por medio de tarjetas de crédito y transferencias online, la Iglesia Católica continúa recibiendo los aportes de sus fieles durante el ofertorio de la misa, y todo apunta a que ese sistema no se modernizará.
POR REGINA PÉREZ
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Ambas iglesias reciben periódicamente las ofrendas de sus fieles, ya sea en la misa de cada domingo o las que se realizan por celebraciones de bodas y cumpleaños en la religión católica o en las diferentes actividades y reuniones de culto semanales en las iglesias cristianas-evangélicas.
Blanca Elizabeth Argueta, cristiana-evangélica que suele ir a la megaiglesia Casa de Dios, comenta que ahora en el templo el pago de las ofrendas se puede realizar por medio de tarjetas de crédito, debido a que se cuenta con terminales POS (punto de venta, en español) para facilitar el traslado de los fondos.
La entrevistada explica que ese sistema facilita la entrega de los aportes a muchos fieles, aunque admite que nunca ha realizado sus ofrendas de esa manera. “Se hace para facilitarles a los congregantes la realización de sus ofrendas”, explica. La otra manera de ofrendar en su congregación es con dinero en efectivo de “lo que le nace a uno”, explica Argueta.
Julio de León, de la Alianza Evangélica de Guatemala, explica que en las iglesias se reciben dos tipos de donaciones, que son los diezmos y las ofrendas, que según explica, son de carácter voluntario. “Los diezmos corresponden a la primera parte de los ingresos de las personas y las ofrendas se derivan del otro 90 por ciento de los ingresos, de los cuales también se ofrece cierta cantidad; esto siguiendo lineamientos contenidos en la Biblia”.
Los miembros de la congregación entregan sus diezmos y ofrendas durante las diferentes actividades y reuniones religiosas, y cada congregación, que tiene un sistema de gobierno interno, toma las decisiones del tipo de gastos que se deben cubrir con esos aportes.
En algunas de las iglesias cristiana-evangélicas más grandes, como Casa de Dios, se pueden hacer las ofrendas por medio de tarjetas de crédito, dada la importante afluencia de personas que asisten a los servicios y demás actividades, según el testimonio de Argueta. En otras iglesias como El Shaddai las mismas se entregan por medio de sobres que se reparten entre los fieles.
Otros procedimientos también usuales es aceptar que mensualmente se debite cierta cantidad de las tarjetas de débito o crédito, para que un servicio bancario traslade esos fondos directamente a las cuentas de la iglesia. En caso de no contar con tarjetas, también podría debitarse de la cuenta de depósitos monetarios.
Algunos bancos también ofrecen los servicios de transferencias online para que los creyentes puedan realizar sus aportes desde su computadora; de esta manera la ofrenda se puede realizar en dólares o quetzales, y se tiene la oportunidad de imprimir una constancia de envío.
SISTEMA TRADICIONAL
Por aparte, en la iglesia Católica se usa un sistema tradicional para hacer las colectas que usualmente se efectúan durante la misa, aunque los fieles también pueden aportar en diversos momentos, ya sea dejando sus contribuciones en la oficina parroquial o cuando se solicita una misa especial para una boda, cumpleaños o en memoria de un difunto.
Incluso existe la posibilidad de que los feligreses que tienen una especialización como medicina u oftalmología pueden ofrendar cinco horas de su tiempo en las clínicas parroquiales si así lo desean. En las parroquias ubicadas en las áreas rurales la ofrenda también puede ser en especie, como maíz o frijol, que se utilizan posteriormente en las obras de asistencia social.
La Iglesia Católica mantiene principios tradicionales en cuanto a la entrega de la ofrenda, que antes se conocía como “limosna.
El Concilio Vaticano II refiere que la limosna debe darse no sólo de los bienes superfluos, sino también de los necesarios, mientras que el Nuevo Código de Derecho Canónico establece que “todos tienen el deber de promover la justicia social, así como ayudar a los pobres con sus propios bienes”.
NO SE CONSIDERA CAMBIAR
Tanto en la Iglesia Católica como en la iglesia Cristiana-Evangélica se habla de una ofrenda voluntaria, pero el método de recolección puede variar; mientras que la primera ha implementado algunos métodos más modernos para hacer esta colecta en la religión Católica los fieles ofrecen sus donativos durante la misa, aunque pueden hacer entrega de los mismos cuando prefieran y directamente en las secretarías de las parroquias.
Consultados al respecto, miembros de la Iglesia Católica señalaron que por el momento no se ha considerado cambiar la limosna porque aunque necesitan recursos, no es el afán de la iglesia recaudar grandes cantidades de dinero; por otro lado, consideran que sería complicado instalar aparatos especiales para hacer la colecta con métodos modernos.
El padre Luis Alberto Mejía, de la Oficina de Comunicación del Arzobispado de Guatemala señala que nunca se ha considerado la opción de cambiar el modo en que se hacen las colectas, porque la donación de ofrendas no es una imposición en la Iglesia Católica y además se busca preservar el sentido moral que tiene la limosna.
“Aunque no es una imposición, sí sería una obligación moral para los católicos la entrega de sus donativos para el sostenimiento de la Iglesia y dar su colaboración; en ningún momento se ha pensado en estos sistemas de una tarjeta de crédito o débito”, indicó Mejía.
Algunas iglesias sí utilizan cuentas bancarias para administrar el dinero y en algunos casos para recibir depósitos de sus creyentes, tal es el caso del canal Arquidiocesano, que tiene cuentas a donde se pueden hacer donaciones.
El religioso también resaltó el tema de la “moralidad” de la ofrenda, que tiene que ver con el destino que se le dará a los recursos. “De lo que recibimos se procura no violar la intención del donante”. En su opinión, en ese punto existe una diferencia entre un padre y un pastor evangélico. Algunos, por ejemplo, justifican que por ser representantes de Dios tienen derecho a utilizar un buen carro o tener una buena casa, indicó.
“El dinero no es el afán de la iglesia Católica. Sí lo necesitamos pero no es nuestro afán. Nosotros confiamos mucho en la Providencia y a veces hay dinero y a veces no, como en las familias que a veces les falta el dinero, pero no se pueden imponer las ofrendas”, enfatizó.
David Noguera, vicario judicial y sacerdote de la Parroquia Santa Teresa, ubicada en la zona 1 capitalina, considera que el sistema de pago con tarjeta de crédito sería un poco complicado y es algo que no manejarían porque se tendría que instalar aparatos especiales; “no sé a qué hora se realizará esa gestión, si antes o después del culto porque supongo que hay que dedicarle tiempo”, señaló.
En la Iglesia Católica “tendrá que seguir siendo del modo tradicional porque no imagino que se haga durante la misa; quizá en un futuro se realice de esa manera pero por el momento no lo veo posible”, indicó Noguera.
Fernando Castillo, un feligrés quien asiste a la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, ubicada en zona 2 capitalina, señala que siendo la ofrenda un acto voluntario no considera necesario que en su Iglesia se implementen métodos modernos para hacer las recolecciones.
Manuel Calel, otro feligrés, señala que la manera en que la Iglesia Católica realiza sus colectas le parece bien porque no es una obligación, “porque no sucede como en otras iglesias”, que a su criterio se impone la donación y que incluso llega a beneficiar económicamente a sus dirigentes religiosos.
SIGNIFICADO DE LAS OFRENDAS
Mejía, vicario de la Catedral Metropolitana, explica que hace unos años se describían las ofrendas en la Iglesia Católica como “limosnas” y no fue hasta hace algunos años que comenzó a describirse como ofrendas.
Nosotros le ofrecemos a Dios semanalmente algo de lo que él nos ha dado, por ejemplo, algunos lo hacen con dinero, otros lo hacen en especie, sobre todo en las parroquias rurales donde la gente ofrenda un quintal de maíz o de frijol, señala Mejía.
El verdadero sentido es ofrendar, y por eso en la Eucaristía de la misa hay un momento en que se presentan los dones que se llama ofertorio, en donde se ofrece junto al pan y junto al vino la cuestión material; es en ese momento en que hacemos la colecta en la misa, explica Mejía.
Otra forma de realizar este acto es al “ofrecer” una misa por algún difunto o por algún cumpleaños, por lo que los feligreses van a alguna oficina parroquial a realizar su ofrenda en efectivo.
Por otro lado, el diezmo o las primicias, como se establece en citas bíblicas, no es algo obligatorio sino que se deja a consideración de las personas; no es que la Iglesia imponga un diezmo que se tenga que dar cada mes, señala.
En el Código de Derecho Canónico, que rige a la Iglesia Católica, se establece la obligación de los fieles a dar la ofrenda. En el canon 222 se dice “los fieles cristianos tienen el deber de ayudar a la Iglesia en sus necesidades, de modo que disponga de lo necesario para el culto divino, las obras de apostolado y de caridad y el conveniente sustento de los ministros”.
Para el padre Noguera, en la actualidad ya no suele hablarse de diezmo sino de ofrenda; éstas se recolectan principalmente los días domingo que es cuando se celebra la misa, aunque también suelen ser recibidas en otras ocasiones extraordinarias o cuando sea la voluntad del feligrés.
EN QUÉ SE EMPLEAN LAS OFRENDAS
Según la Alianza Evangélica de Guatemala, aparte del sostenimiento económico del pastor, se cubren otros gastos de mantenimiento como pago de personal de limpieza y administrativos; electricidad, servicio de agua, teléfono, insumos de limpieza y de oficina, reparaciones, equipo secretaria, mantenimiento y otros.
En muchos casos también se utiliza para la adquisición de un terreno y la construcción del templo. Dependiendo del tamaño de la Congregación, se destina parte de los ingresos para la ayuda social a través de jornadas médicas, clínicas fijas, centros de rehabilitación, asilos de ancianos y comedores infantiles, entre otros.
En la Iglesia Católica, según los entrevistados, las ofrendas deben destinarse al culto divino, las obras de apostolado y de caridad y el sustento de los ministros; muchas iglesias cuentan con clínicas parroquiales que prestan servicios médicos a sus fieles.
Finalmente lo recaudado se destina al sustento de los ministros, la atención de secretarías y la contabilidad.
Julio de León
Alianza Evangélica de Guatemala
“Aunque no es una imposición, sí sería una obligación moral para los católicos la entrega de sus donativos para el sostenimiento de la Iglesia y dar su colaboración; en ningún momento se ha pensado en estos sistemas de una tarjeta de crédito o débito.”
Luis Alberto Mejía
Oficina de Comunicación del Arzobispado de Guatemala