La Unión Europea (UE) adoptó hoy un paquete de sanciones sin precedentes contra el sector clave energético de Irán, con el que espera forzar a la República Islámica a volver a la mesa de negociaciones sobre su controvertido programa nuclear.
«Se adoptaron» las sanciones durante una reunión de ministros europeos de Relaciones Exteriores en Bruselas, anunciaron a AFP fuentes diplomáticas.
Las nuevas medidas van más lejos que las adoptadas el 9 de junio por el Consejo de Seguridad de la ONU contra Irán por su negativa a suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio, que Occidente ve como preludio a la fabricación de la bomba atómica.
«Se tratará del paquete de sanciones más importante que la UE ha tomado hasta ahora contra Irán y contra cualquier país», subrayó un diplomático en Bruselas.
Estados Unidos y Australia ya adoptaron medidas similares y Canadá se dispone a emprender la misma senda.
En particular, la UE decidió prohibir toda nueva inversión europea, asistencia técnica o transferencia tecnológica en el sector iraní del gas y del petróleo, unas sanciones que afectarán especialmente las actividades de licuefacción y refinado.
A pesar de que Irán es el cuarto productor mundial de petróleo crudo, importa hasta un 40% de su gasolina, porque carece de la capacidad de refinación para satisfacer su demanda interna.
Además de la energía, el sector iraní del transporte de carga, por mar y por aire, se verán muy afectados, y se incrementarán los controles en los puertos europeos y en alta mar.
Los intercambios comerciales también se dificultarán: se prohíbe la actividad a un mayor número de bancos iraníes, así como las transacciones financieras superiores a 40.000 euros sin una autorización específica y se extiende la lista de personas sin derecho a solicitar un visado en Europa.
El principal blanco de estas medidas son los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico del régimen.
«Espero que Irán capte el mensaje. Los países europeos están abiertos a la negociación sobre su programa nuclear pero si no responde, intensificaremos la presión», previno este lunes el ministro británico de Relaciones Exteriores, William Hague.
«Las sanciones son el instrumento más importante para persuadir a Irán» de que negocie y acepte un estricto marco de supervisión sobre su programa de enriquecimiento de uranio, coincidió el titular italiano Franco Frattini.
Frattini dijo haberse entrevistado con su homólogo iraní, Manuchehr Mottaki, al margen de la reciente conferencia de Kabul sobre Afganistán: «Me dijo que está dispuesto a volver a la mesa de negociaciones», señaló.
Irán anunció el domingo que está listo para retomar de forma inmediata las negociaciones con las potencias occidentales sobre los detalles de una propuesta de canje de combustible nuclear que hizo en mayo tras un acuerdo con Turquía y Brasil pero que fue rechazada entonces por considerarse insuficiente.
Se espera que Teherán transmita este lunes a la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) sus respuestas a varias cuestiones sobre esta propuesta de canje.
Las sanciones europeas fueron adoptadas pese a las reticencias de algunos Estados como Suecia.
«Los estadounidenses cuentan con sanciones desde 1979 sin mucho efecto (para Irán) y ahora vamos más allá de éstas», lamentó el ministro sueco de Relaciones Exteriores, Carl Bildt.
Bildt destacó los «inconvenientes» de este tipo de medidas que «tienden a reforzar a las malas personas, es decir, a las redes de contrabando a menudo próximas al régimen».