Europa en crisis y pan para nuestro matate


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Hace más de un año cuando el Novel de Economí­a, Vernon Smith, dio una conferencia en la Universidad Francisco Marroquí­n explicando algunos aspectos importantes de la reciente crisis hipotecaria de Estados Unidos, una acuciosa asistente hizo una interesante pregunta.

John Carroll

 


La pregunta dirigida al Dr. Smith era para indagar acerca de su opinión en cuanto al dólar de US como moneda de reserva de valor mundial, ¿cree que el dólar americano sobrevivirá a la crisis?, ¿dejará de ser referencia mundial de solidez y reserva?  Después de una breve pausa y pensárselo dos veces el Dr. contestó que él preveí­a que finalmente el Gobierno americano enderezarí­a la nave volviendo a sus principios, pero que él tení­a relativa seguridad de que el reinado del dólar americano continuarí­a por una sencilla razón: ¡Los europeos lo harán aún peor que los americanos! Por lo tanto no habí­a además del euro otra moneda que se le asimilara al dólar en cuanto a su aceptación a nivel mundial.

Viendo en retrospectiva aquel momento la respuesta del Dr. Smith en cuanto a lo que sucederí­a en el futuro fue bastante acertada, si bien el gobierno de Obama se ha encargado de seguir cavando la tumba del dólar americano y aparentemente la mayorí­a de personas de aquel paí­s aún no comprenden o realizan la gravedad de las circunstancia en la que se encuentran y siguen aceptando las ofertas  polí­ticas de la Reserva Federal, no cabe duda que los amigos europeos, unos más que otros por supuesto, pero al fin parte de una socialización monetaria llamada euro, han hecho un esfuerzo mayor que el americano para acabar con el sueño del euro más pronto de lo que previeron.  La situación europea es caótica para muchos de los miembros de la eurozona y en los próximos dí­as veremos un interesante debate entre los polí­ticos de esta área en la que se señalarán unos a otros como los culpables y responsables de la debacle.  En realidad para todo fin práctico Grecia ha caí­do ya en default  y la discusión ahora se centra en que si se rescata a Grecia o no de su crisis y por supuesto que como en cualquier sistema socialista los platos rotos serán pagados por los más responsables, los más productivos y prudentes.  Alemania es la lógica llamada a cubrir el problema griego, es la llamada porque es el pariente con pisto y porque además de todo es ví­ctima de una gran presión polí­tica de parte de Francia. Los franceses son quizá el mayor acreedor del problema griego y por lo tanto los más interesados por que la ayuda venga pronto.

Este sistema de incentivos perversos en el que los polí­ticos ofrecen vidas cómodas, vacaciones largas, seguro de desempleo, educación gratuita en todos los niveles, cuidados médicos gratuitos de alta calidad y muchas otras “ventajas” a sus ciudadanos tiene que ser fondeado de alguna manera y tarde o temprano los mismos ciudadanos pagarán por los servicios, con impuestos o pérdida del valor adquisitivo. Las soluciones  propuestas van, en la mayorí­a de ocasiones, por el aumento de impuestos y no por el camino polí­ticamente costoso de contener los costos limitando los servicios sociales.  Invariablemente los llamados a pagar impuestos son las grandes empresas o los adinerados y estos como en muchas ocasiones de la historia los pagarán  sacrificando su capacidad de ahorro e inversión y por lo tanto sacrificando nuevos puestos para los trabajadores que son los supuestos beneficiados del sistema de bienestar social en primer lugar.

Hace falta ver como seguirá el dólar americano porque si la cosa sigue en esa enfuriada barrena de gasto, muy probablemente veamos emerger papeles que inspiren más confianza que los “Benjamins”. Esta es una historia que hay que seguir muy de cerca y detalladamente para poder explicarle al pueblo de Guatemala porque aunque existen necesidades urgentes no es nada sano que sigamos aprobando presupuestos desfinanciados o financiados a pura deuda.  Sólo hay dos salidas, o producimos lo que comemos o no comemos, todo lo demás es pan para hoy, más hambre para mañana.