Europa duda de la capacidad del plan Bush


Los gobiernos europeos manifestaron abiertamente hoy sus dudas sobre la eficacia del plan de recuperación económica del presidente norteamericano George W. Bush y su capacidad de evitar una recesión en Estados Unidos, que tendrí­a consecuencias inevitables para la Unión Europea.


«No se habla de una recesión mundial. Se habla del riesgo de una recesión norteamericana», indicó el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquí­n Almunia, al margen de una reunión de ministros de Finanzas de la UE en Bruselas.

Ayer, el Eurogrupo (foro de ministros de la zona de paí­ses que comparten la moneda única) no descartó una recesión en Estados Unidos, aclarando que la economí­a europea serí­a capaz de resistir mejor por tener bases más sólidas.

De todos modos, una recesión norteamericana tendrí­a consecuencias inevitables en la UE, admitieron.

«La cuestión es saber cómo va a evitar una recesión Estados Unidos. Las autoridades norteamericanas anunciaron medidas. Espero que sean capaces», dijo Almunia.

Hoy, las bolsas europeas volví­an a caer, siguiendo el movimiento de los mercados asiáticos, tras haber conocido un lunes negro con las bajas más fuertes en una jornada desde el 11 de septiembre de 2001.

La razón de este hundimiento es el temor de una fuerte desaceleración de la economí­a norteamericana, en un marco de escepticismo de los inversores ante el plan anunciado el viernes por el presidente Bush de inyectar más de 140 mil millones de dólares a través de descuentos de impuestos.

Según los analistas, el plan no apunta a los riesgos financieros, que han provocado turbulencias en los mercados mundiales desde mediados de 2007 tras la crisis de los préstamos hipotecarios «subprime» en Estados Unidos.

El remedio de Bush tampoco convenció a responsables económicos europeos, y la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, estimó hoy que el presidente norteamericano iba a tener que «ir más lejos» en sus medidas, explicando «cómo» pensaba inyectar esos miles de millones de dólares.

«Todo el mundo está preocupado y sobre todo se plantea interrogantes sobre lo que va a pasar en Estados Unidos, preguntándose si las intervenciones del gobierno serán eficaces o no», dijo de su lado el ministro holandés Wouter Bos.

Por su parte, el director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, subrayó que la crisis provocada por la desaceleración estadounidense es «seria» y que las bolsas mundiales no habí­an «apreciado» el plan de Bush.

«De una cierta forma, era un poco previsible, pero el presidente Bush quiso intentar esa solución», agregó Strauss-Kahn, presente hoy en Bruselas para participar en la reunión de ministros europeos.

A estas opiniones negativas de los europeos y el FMI se sumó la del presidente brasileño Luis Inacio Lula da Silva, quien instó ayer a Estados Unidos a asumir sus responsabilidades y evitar una propagación de a crisis financiera en América Latina y ífrica.

Pánico


La Bolsa de Nueva York caí­a hoy en la apertura, pese una fuerte reducción de tasas de la Reserva Federal para apaciguar los temores de recesión económica: el Dow Jones perdí­a 3,60% y el Nasdaq caí­a 5,01%.

Hacia las 8:35 (hora de Guatemala), el Dow Jones Industrial Average (DJIA) abandonaba 435,87 puntos, cayendo bajo la barra de los 12 mil puntos (11.663,43 unidades) y el í­ndice Nasdaq de los valores tecnológicos, bajaba 117,12 puntos a 2.222,90 unidades.

El í­ndice ampliado Standard and Poor»s 500 perdí­a 3,51% (-46,51 puntos) a 1.278,68.

Decepcionadas por un plan de reactivación económica del que se conocen pocos detalles, presentado el viernes por el presidente George W. Bush, las bolsas asiáticas y europeas cayeron ayer y hoy ante un movimiento de pánico, mientras que Wall Street permaneció cerrada ayer por el feriado de Martin Luther King.

Ante los temores de recesión económica, la Fed decidió una reducción urgente de su principal tasa, en 0,75 punto porcentual, a 3,50%, subrayando los crecientes riesgos que afectan al crecimiento económico y el contí­nuo deterioro de los mercados financieros.