Europa cierra más sus fronteras


Bomberos y socorristas de la Cruz Roja acogen a unos inmigrantes indocumentados en la Isla de Siscilia, quienes provení­an de ífrica buscando ingresar al paí­s.

Los ministros del Interior de la Unión Europea aprobaron hoy nuevas reglas comunes de expulsión de inmigrantes ilegales, en una iniciativa juzgada «equilibrada» por España pero que fue criticada por organizaciones de defensa de los derechos humanos.


Tras la luz verde dada en Luxemburgo por los 27 miembros de la UE, la denominada «Directiva Retorno» deberá recibir el aval del Parlamento Europeo, que tratará la propuesta en su sesión del 16 al 19 de junio próximos en Estrasburgo (Francia).

«Es una Directiva necesaria, que cumple el objetivo para el que hemos trabajado: hacer más eficaz la lucha contra la inmigración clandestina, al mismo tiempo que garantice los derechos de todas las personas», dijo la secretaria de Estado española en Inmigración, Consuelo Rumi, presente en Luxemburgo.

Duramente cuestionada por organizaciones de defensa de los derechos humanos y por algunos partidos polí­ticos por su carácter represivo, la nueva ley obliga a las autoridades nacionales de los paí­ses de la UE a elegir entre legalizar a los inmigrantes ilegales o expulsarlos.

Esta expulsión o «alejamiento», como pretende llamarlo Bruselas, se hará en avión y debe ser «dentro de lo posible voluntario», aunque en caso contrario se reconocerá el uso de la fuerza como una necesidad, con la posibilidad de recurrir a un periodo de detención de 6 a 18 meses.

Para lograr que la propuesta fuese aceptada por la mayorí­a de los grupos polí­ticos del Europarlamento antes de su voto del 18 de junio, los 27 tuvieron que zanjar ayer un último punto litigiosa: la obligatoriedad de brindar asistencia jurí­dica gratuita a las personas que serán expulsadas.

El Europarlamento habí­a manifestado su oposición a la ausencia de esa asistencia jurí­dica gratuita, lo que obligó a reabrir el debate.

Ayer, las partes acordaron incluir una base mí­nima de ayuda jurí­dica, aunque dejaron abierto el asunto a las particularidades de la legislación nacional de cada Estado miembro de la UE.

Según la secretaria de Estado española Rumi, el resultado de las negociaciones entre los 27 y el Europarlamento es «una directiva equilibrada, garantista y armónica, que pone unos mí­nimos donde no existí­an» en materia de asistencia jurí­dica.

Rumi también destacó que la iniciativa protege los derechos de los menores, un punto también subrayado por el comisario europeo de Justicia, Jacques Barrot, durante el debate público celebrado en la reunión de ministros en Luxemburgo.

«Queremos que todos los Estados miembros estén muy atentos a los derechos de los menores cuando apliquen la directiva», indicó.

La «Directiva Retorno» se enmarca en un proceso de organización y endurecimiento de la polí­tica migratoria de la UE que deberí­a acentuarse durante la futura presidencia francesa del bloque en el segundo semestre de 2008, con un «pacto europeo» impulsado por Parí­s.

Este pacto tendrí­a como ejes un «contrato de integración» que incluye el aprendizaje obligatorio de la lengua nacional para quienes quieran llegan a Europa, el fin de las regularizaciones masivas de ilegales y una polí­tica común de asilo.