Europa apaga el bombillo


Un hombre sostiene una bombilla incandescente de cien watts, en una tienda de aparatos eléctricos en Londres, Reino Unido. Estos focos desaparecen desde hoy de las ventas de la Unión Europea, a fin de iniciar el cambio a bombillas ahorradoras. FOTO LA HORA: AFP LEON NEAL

Las bombillas incandescentes de 100 vatios empezarán a desaparecer hoy del mercado europeo, marcando el inicio de la muerte anunciada de todas las lámparas clásicas, que serán reemplazadas por las de nueva generación, mucho más económicas en energí­a.


A partir de hoy, los establecimientos de la Unión Europea (UE) no podrán hacer nuevos pedidos de bombillas de 100 vatios, por lo que éstas pasarán a la historia una vez se agoten las existencias.

La prohibición se aplicará, además, a las bombillas de vidrio opaco.

Esta será la primera fase de un calendario fijado a fines de 2008 por Bruselas para retirar de aquí­ a 2012 todas las bombillas incandescentes, el invento del estadounidense Thomas Edison que revolucionó el mundo a finales del siglo XIX.

Tras el fin de las bombillas de 100 vatios, en septiembre de 2010 será el turno de las de 75 vatios, al año siguiente de las de 60 y en 2012 de las de 40 y 25 vatios.

Para Bruselas, esta medida –que ya fue aplicada en Cuba, planea hacerlo Estados Unidos y se interrogan al respecto paí­ses como Brasil y Argentina–, está llamada a contribuir al objetivo de mejorar la eficacia energética de la UE en un 20% en 2020, con respecto al nivel de 1990.

La Comisión Europea calcula además que cada hogar ahorrará 166 euros de su factura anual de electricidad, lo que representará en conjunto entre 5 mil y 10 mil millones de euros anuales.

En efecto, pese a que las bombillas de nueva generación llamadas «fluo-compactas» o lámparas de bajo consumo son más caras, su vida útil es más larga al consumir entre un 65% y 80% menos de energí­a que las incandescentes.

Una segunda opción para los consumidores que prefieren una luz más viva son las bombillas de nueva tecnologí­a halógena, que permiten ahorrar entre un 25% y un 45% de energí­a.

Mucho antes de su prohibición oficial, en el primer trimestre de 2009, la venta de bombillas tradicionales retrocedió un 15% en la UE, según datos de Osram, uno de los mayores fabricantes. La única excepción se dio en Alemania y Austria, donde las compras se dispararon un 15%.

«La gente realiza compras de pánico» en Alemania, constata Alice Pirgov, experta del instituto alemán GfK sobre consumo. «La bombilla clásica encarna la tradición, se tiene miedo a perderla», añade.

A ojos de algunos consumidores incondicionales, la clásica, si bien únicamente transforma en luz el 5% de la energí­a que consume mientras el resto se disipa en calor, desprende una luz más agradable y cuesta entre 5 y 10 veces menos que los nuevos modelos.

Sea como fuere, las bombillas tradicionales dejarán de existir dentro de tres años, una «evolución que requerirá» además «la elección informada de los consumidores», según Juergen Sturm, secretario general de la Federación de Compañí­as Europeas de Bombillas.

Algunas bombillas de nueva generación no funcionan en lámparas de luminosidad variable, otras no pueden ser reencendidas en cortos lapsos de tiempo e incluso algunas no pueden utilizarse en el exterior.

Aun así­, casi una de cada cuatro bombillas vendidas en 2007 en la UE ya eran fluo-compactas.