El Europarlamento pidió ayer en Estrasburgo (este de Francia) que la Unión Europea (UE) se «comprometa» con América Latina en la próxima cumbre birregional de Lima, aunque persisten las dudas sobre los resultados concretos de la cita.
«Debe haber un mensaje claro de la Unión Europea, decir que se compromete con América Latina», dijo el eurodiputado conservador español José Salafranca, también presidente de la asamblea parlamentaria Eurolatinoamericana (Eurolat), en un debate en sesión plenaria sobre la cumbre que tendrá lugar a mediados de mayo.
«Para la Unión Europea, América Latina no es sólo un mercado», agregó Salafranca, en referencia a la ambición de avanzar en acuerdos de asociación, que incluyan un tratado de libre comercio, con Centroamérica, la CAN (Comunidad Andina de Naciones) y el Mercosur.
De su lado, el vicepresidente de la Comisión Europea, Jacques Barrot, recordó que el principal objetivo de la cumbre es «consolidar la asociación estratégica existente y hacerla progresar en dos planos, la cohesión social y el desarrollo sustentable».
Otro objetivo de la cumbre, que tendrá lugar el 16 y 17 de mayo próximos, es impulsar el «multilateralismo», dijo Barrot, presente en el debate.
Para el presidente del grupo parlamentario del Partido Socialista Europeo (PSE), la cumbre representa la posibilidad de lograr un «avance histórico» en las relaciones entre la UE y América Latina, dos regiones que «comparten la visión en materia de cohesión social» y que suman «un tercio de los Estados de la ONU».
Pero si existe consenso sobre estos temas, ciertos eurodiputados manifestaron sus dudas sobre los resultados concretos de la cumbre en la que el medio ambiente y los biocombustibles podrían plantear divergencias.
«Soy muy escéptico en cuanto a los resultados de esta cumbre», dijo en ese sentido el eurodiputado español de los Verdes Raúl Romeva, quien habló de «muchos signos de interrogación».
En la misma sintonía, el comisario Barrot indicó que «la estrategia sobre los biocombustibles es una cuestión delicada», vistas las crecientes dudas que generan su desarrollo y la prioridad que han hecho de ellos los países latinoamericanos.
De todos modos, Barrot consideró que «el diálogo será útil», al igual que para la cuestión del acceso al agua, que ya generó una polémica en la última asamblea Eurolat de diciembre pasado en Bruselas, cuando los latinoamericanos insistieron para declarar que ese recurso es «un bien nacional de uso público», poniendo condiciones a la participación del sector privado.
Durante la sesión en Estraburgo, también se discutió la cuestión de la franco-colombiana Ingrid Betancourt, rehén de la guerrilla colombiana de las FARC, y la situación en Cuba, que mantiene tensas relaciones con la UE desde hace varios años.
«Es necesario que Ingrid Batancourt y el resto de los rehenes sean liberados», dijo Schultz.
En cuanto a Cuba y el tema de los derechos humanos, el comisario Barrot indicó que «no será el eje de la reunión de Lima» y afirmó que desde Bruselas no se apoya la política de sanciones, actualmente suspendidas.