Los republicanos de la Cámara de Representantes desistieron el martes de dar una batalla sobre el límite de endeudamiento y permitieron al presidente Barack Obama y los legisladores demócratas la rápida aprobación de una medida que extiende la autoridad del Tesoro para emitir deuda sin ninguna concesión de la Casa Blanca.
Con 221 votos a favor y 201 en contra, la medida se aprobó horas después de que el presidente de la Cámara, el republicano John Boehner, anunció que su fracturado partido cedería.
Apenas 28 republicanos votaron por la medida, entre ellos Boehner. Pero 193 demócratas compensaron con creces el bajo apoyo entre los republicanos.
Los senadores demócratas preveían votar la legislación el miércoles y enviarla a Obama para su promulgación.
La medida, que se arriesga a generar más descontento entre el movimiento ultraconservador del Tea Party, se produjo después que la mayoría de los republicanos en la Cámara dejó en claro que no quería otra batalla con el presidente sobre el llamado techo de deuda de la nación, que se debe elevar para que el gobierno pueda pedir prestado a fin de pagar todas sus obligaciones.
El proyecto de ley permitiría que el Departamento del Tesoro pueda pedir prestado normalmente por otros 13 meses, con lo que evita la posibilidad de una crisis de la deuda mucho más allá de las elecciones de noviembre y proporciona tiempo para que un nuevo Congreso decida cómo manejar el tema.
Hasta el mismo lunes, algunos republicanos sugirieron condicionar la aprobación del aumento al límite de endeudamiento a un plan que revirtiera un recorte aprobado recientemente a las pensiones militares.
Los demócratas insistieron en una medida completamente desvinculada de cualquier legislación que no estuviera relacionada.
«La fe y el crédito (de Estados Unidos) debe estar al margen de toda duda y no es negociable «, dijo la líder de la minoría demócrata en la cámara Nancy Pelosi.
La votación se produce cuatro meses después que Washington apaciguó una crisis crediticia y un cierre parcial del gobierno que desgastó políticamente a los republicanos, en una experiencia que no quieren repetir.
Los desarrollos del martes, que muchos conocedores del Capitolio anticipaban, marcan un repliegue en la estrategia republicana de tratar de utilizar el límite de la deuda para forzar recortes de gastos y otras concesiones de Obama. El presidente cedió a tales demandas en 2011 — antes de su reelección— pero desde entonces ha contenido a los republicanos al negarse a negociar.
«Estoy decepcionado de que los demócratas se hayan retirado de la mesa (de negociaciones)», dijo el representante republicano Dave Camp, el presidente de la Comisión de Medios y Arbitrios. «Pero por más decepcionado que esté, mi conciencia no me permite dejar que la negativa de los demócratas a lograr un acuerdo dé lugar a un incumplimiento».
El anuncio de Boehner se produjo después de que los más conservadores no consiguieron reunirse en torno a su más reciente plan, urdido el lunes, para revertir un recorte a las pensiones militares a cambio de aumentar el techo del endeudamiento del gobierno.
Los líderes republicanos habían intentado previamente consensuar apoyo a los planes de atar el aumento del techo de la deuda a la aprobación del oleoducto Keystone XL o a la derogación de parte de la nueva ley de salud. Ambos intentos se vinieron abajo también.