El estudio más grande realizado para examinar la posible conexión entre el uso de teléfonos celulares y cáncer no encontró evidencia de ningún vínculo, sugiriendo que miles de millones de personas que raramente están a más de unos centímetros de sus teléfonos no deben tener preocupaciones especiales sobre su salud.
El estudio danés de más de 350 mil personas concluyó que no había diferencia en las tasas de incidencia de cáncer entre gente que ha utilizado teléfonos celulares durante aproximadamente una década y personas que no lo hicieron.
El año pasado, un estudio grande separado no encontró conexión clara entre los teléfonos celulares y el cáncer. Pero mostró un indicio de posible asociación entre el uso muy activo del teléfono y el glioma, un raro pero a menudo mortal tipo de tumor cerebral. Sin embargo, el número de usuarios muy activos no fue suficiente para una argumentación positiva al respecto.
El estudio de más de 14 mil personas en varios países, además de experimentos con animales, llevó a la Agencia Internacional para la Investigación de Cáncer a clasificar la energía electromagnética de los teléfonos celulares como «posiblemente cancerígeno», agregándolo a una lista que incluye además cosas como el café y los gases de combustión de un motor de gasolina.
Pero esa designación no significa que los teléfonos celulares representen necesariamente un riesgo. Los teléfonos celulares no emiten el mismo tipo de radiación que la utilizada en algunas pruebas médicas o que se encuentra en otras fuentes como el radón del suelo.
Dos agencias estadounidenses —la Administración de Alimentos y Medicinas, y la Comisión Federal de Comunicaciones— no han encontrado evidencia que vincule a los teléfonos celulares con cáncer.
Sin embargo persisten los temores de un vínculo, a pesar del hecho de que las tasas de cáncer no se han incrementado desde que salieron al mercado los teléfonos celulares.
En la investigación más reciente, publicada ayer en internet por la revista BMJ, los investigadores actualizaron un estudio previo examinando a 358 mil 403 usuarios de teléfonos celulares de 30 años de edad o mayores en Dinamarca, de 1990 al 2007. Encontraron que los usuarios no tuvieron un riesgo mayor de desarrollar cáncer que quienes no usaban teléfono celular.
Las tasas de cáncer en personas que utilizaron teléfonos celulares durante aproximadamente 10 años fueron similares a las tasas en personas sin un teléfono celular. Los usuarios de teléfonos celulares tampoco tuvieron más probabilidades de desarrollar un tumor en la parte del cerebro más cercana a donde se apoyan normalmente tales teléfonos contra la cabeza. El estudio fue pagado por el Consejo Danés de Investigación Estratégica, una dependencia gubernamental.
«Nuestro estudio arroja poca evidencia de una asociación causal, pero no podemos descartar un aumento de pequeño a moderado en el riesgo para subgrupos de usuarios muy activos», dijo Patrizia Frei, del Instituto de Epidemiología del Cáncer en Copenhague, Dinamarca, una de los autores del estudio.
«Estas son noticias alentadoras, pero no significa que estamos al final del camino», señaló Hazel Nunn, jefa del instituto médico Health Evidence and Information at Cancer Research U.K., el cual no estuvo involucrado en el estudio.
Aproximadamente tres cuartas partes de la población mundial, más de 5 mil millones de personas, utilizan teléfono celular. Ello dificulta a los científicos comparar la incidencia de cáncer en personas que utilizan el aparato contra quienes no lo hacen.
Otros rebaten los descubrimientos del estudio danés. El grupo intercesor MobileWise, el cual cree que los teléfonos celulares representan un riesgo de salud, dijo que el estudio no fue suficientemente largo para considerar el riesgo a largo plazo, ya que los tumores cerebrales pueden tardar décadas en desarrollarse.