Estudiantes, en sonora carcajada prorrumpid, ja, ja


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Un año más de esta noble y procaz celebración, concurrimos con los viejos amigos de la tricentenaria a disfrutar con alegría, con nostalgia y con seriedad a este nuevo Viernes de Dolores.

Juan José Narciso Chúa


Hoy la eterna Chabela sale a relucir sus huesos, se presenta ante todos con su esquelético cuerpo para joder, para reír, para cantar, para bailar, para recordarnos que la realidad de nuestro país sigue doliendo y que resulta menester criticar  a funcionarios, chafas y oligarcas que siguen creyendo que el país es de ellos.

Circulará la Chabela llevando esperanza, tronará sus huesos en contra de aquellos pícaros y visualizará en lontananza, que la vida nos llevará por otros senderos, clausurará puertas de negocios oscuros y pagará cervezas para todos en El Portalito.

La Chabela sabe de los negocios de don Otto, llegará en moto, a presentar pruebas de corrupción y en la confusión tal, involucrará a ella, la dama de cal, la cual en el alboroto pedirá a don Otto que la salve de este entuerto.
La esqueletuda, sabia que es, pedirá la excomunión de aquellos personajes, que en lindos trajes se dedican con mano peluda, a escamotear la savia del pueblo incluyendo la esqueletuda y sumando riqueza, a costa de la pobreza,  con un conocimiento que no llega a lo elemental y su irresponsabilidad proverbial.

La Chabela se parará en los cuarteles, para convencer a generales y coroneles, que el Ejército debe cambiar, para variar, y regresar al pensamiento de aquel Coronel de la Esperanza, como cimiento de añoranza para un futuro que se afianza.

La esquelética calavera pedirá, como si fuera la mejor nuera, tiempos mejores para la Chabela.  Despotricará contra decanos reelectos, contra rectores revueltos, porque han hecho de la tricentenaria una parafernalia, negociando academia envueltos en blasfemia, dispuestos, a seguir siendo arribistas, sin ninguna consideración sancarlista.

Esta noble calavera llegará hasta los tribunales, aquel espacio lleno de criminales, que solo buscan el mejor negocio, sabiendo que será de ocio, llevar un juicio decente, pues para que la gente, si hay aquellos que con buen pisto arreglan cualquier juicio, en dos minutos, se harán ricos sin hacer más micos.

La Chabela se sentirá cansada, de tanta cachimbeada, pero satisfecha porque en esta fecha, todo es bueno, todo es salud, todo es vida, todo es alegría, nada de porquería, porque en este rito, todos somos de la tricentenaria, vaya vida, vaya cuaternaria, cuánto dolor, cuánto olor, cuánto sabor, y cuánto licor para siempre, ferviente, impenitente, irreverente, consecuente y siempre presente estudiante de la Usac y todos sus graduados, abogados, doctorados, amigados, desvelados, peleados, estigmatizados y maltratados, pero siempre adorados.

Después en el Portalito, la Chabela dirá salud, dale por todito,  por cachitos,  por traguitos, para que nunca se acabe, que dure, que añore, que se quede para siempre la eterna Huelga de todos los Dolores y  como tenores cantemos: “matasanos practicantes, del emplasto fabricante, guisachines del lugar, estudiantes, en sonora carcajada prorrumpid: ja, ja.” Reíd de los muchachitos y del choteado Quetzal.

Al terminar la jornada, la Chabela entacuchada, dirá con certeza y con cerveza en mano, este fue un buen año, mano, la vida siempre será difícil y dura, pero mi Guatemala es pura y a pesar de tanto farsante, sigamos adelante, con la chibola por amante y con los amigos en desplante irreverente cantaremos: “no valen ni cuatro reales/en este país de traidores/ [a la Patria] la venden los liberales/como los conservadores”