Estudiantes de La Plata volvió a ser historia. Como en aquellas viejas epopeyas de 1968, 1969 y 1970, el corazón Pincha se hizo presente en un estadio de fútbol para gritar otra vez campeón en una Copa Libertadores de América.

En Belo Horizonte, con 60 mil hinchas en contra, el equipo argentino supo dar vuelta una final que perdí­a y consiguió el tí­tulo. La Gata Fernández y Boselli fueron los héroes de este 2-1, pero todo el plantel, conducido por Sabella y capitaneado por Verón, fue el que consiguió este enorme objetivo. De yapa: el Mundial de Clubes.

Fue un primer tiempo muy parejo, en el que los dos se dedicaron mucho más a meter que a jugar. Estudiantes salió a presionar en el medio, a no dejar pensar a Cruzeiro y evitar que los marcadores laterales se proyectaran. Lo logró y no sufrió. Después, cuando pudo, atacó y tuvo algunas posibilidades para convertir.

El primer cuarto de hora fue a puro nervio. Les costaba muchí­simo dar tres pases seguidos y los arqueros Fabio y Andújar eran espectadores de lujo. Con Verón dedicado a la contención, el más claro del Pincha era la Gata Fernández y desde sus pies se generó la primera clara del partido: buena asistencia a Boselli y pifia del delantero. Ya iban 21 minutos.

Cruzeiro empezó a crecer en la medida que Wagner logró ganarle la espalda a Braña y en una de esas pocas oportunidades asistió a Wellington, quien no pudo marcar el primero por una rápida salida de Andújar. Antes, el mismo delantero no habí­a podido llegar a empujarla tras un córner y después el arquero argentino se quedó con un débil cabezazo de Ramires.

Si bien Estudiantes atacaba con poca gente, porque los mediocampistas por afuera rara vez llegaban al área y los laterales directamente no pasaban la mitad de la cancha, aprovechó que el local decidió tirar varias veces el off-side y Boselli estuvo un par de veces cerca de quedar mano a mano con Fabio. La primera etapa se fue con roces, amonestados y escasas situaciones.

Cruzeiro salió más decidido en el complemento y encontró el gol rápidamente: a los seis, Henrique se animó a rematar desde muy lejos, la pelota se desvió en Desábato y se metió en el palo derecho de Andújar.

El gol animó al local, Estudiantes pasaba su peor momento en el partido, pero en la primera chance para meter una contra Verón lo habilitó a Cellay por la derecha, el defensor tiró el centro y por el medio la Gata Fernández sólo tuvo que empujarla a la red. Iban 12m.

El local sintió el golpe y Estudiantes se dio cuenta. Empezó a meter mucha gente en campo contrario, los de Belo Horizonte estaban cada vez más cerca de Fabio y sufrí­an cada pelota que llegaba al área. Y una de ellas, tras un córner, terminó en la red tras un muy buen cabezazo de Boselli. El Pincha lo daba vuelta.

Verón casi la clava en el ángulo en un tiro libre y Cruzeiro no encontraba la manera de llegar a Andújar, hasta que un gran derechazo de Thiago Ribeiro reventó el travesaño a los 41m. El final fue como se esperaba. El local con todo en busca del alargue y Estudiantes defendiendo con uñas y dientes lo que ya era suyo y no iba a dejar escapar.