Profesores y estudiantes llevan a cabo hoy una jornada nacional de protesta contra una ley de educación promovida por el Gobierno de Chile, en un nuevo capítulo de la ola de movilizaciones de los últimos dos años en favor de mejor instrucción pública.
Desafiando una persistente lluvia y baja temperatura, unos 5 mil manifestantes marcharon por las calles de Santiago en protesta por la nueva Ley General de Educación, que el gobierno de la presidenta Michelle Bachelet envió al Congreso, donde el proyecto cuenta con el apoyo de la derecha opositora.
En algunos sectores de la ciudad los manifestantes, que en su recorrido intentaban bloquear calles de la capital, se enfrentaron con la policía, que dispersó a las columnas con gases lacrimógenos y carros lanza agua.
No se informó hasta el momento sobre detenidos o heridos en los incidentes.
La movilización fue convocada por el Colegio de Profesores, en un llamado al que se sumaron los estudiantes, quienes mantienen paralizadas sus actividades desde semanas en algunos colegios y universidades a lo largo del país.
La protesta contó además con el apoyo de la Central Unitaria de Trabajadores y de organizaciones privadas.
Según el Colegio de Profesores la adhesión al paro de hoy fue «un éxito total».
«Hablamos de más de un 90% de adhesión al paro (…); hay un gran respaldo y podemos decir que es un éxito total esta convocatoria del magisterio», afirmó el presidente del gremio, Jaime Gajardo.
Los manifestantes exigen que el proyecto de una nueva ley de educación sea retirada del Congreso porque la consideran insuficiente para asegurar la calidad de la educación para todos los segmentos sociales, sobre todo los más pobres.
El proyecto, que está siendo debatido por los legisladores, busca reemplazar a la antigua Ley Orgánica de Enseñaza (Loce), considerada responsable de la mala calidad de la educación pública chilena.
La Loce, promulgada por el ex dictador Augusto Pinochet (1973-1990), traspasó a los municipios la administración de los colegios públicos, en un sistema que creó profundas diferencias entre la calidad de la educación impartida en municipios ricos y pobres e instituciones públicas y privadas.
Esa normativa favoreció también la proliferación de escuelas y universidades privadas, sin poner mayor énfasis en la calidad de la educación que imparten.
La Loce fue identificada como la responsable de las falencias educativas de Chile durante las masivas movilizaciones estudiantiles del 2006, que le costaron el cargo al entonces ministro del ramo y llevaron a la presidenta Bachelet a crear una comisión encargada de diseñar un nuevo marco legislativo.
Esa nueva iniciativa, que en su redacción fue consensuada por el Gobierno y la oposición, está en trámite en el Congreso, pero tanto estudiantes como profesores señalan que no resuelve las ineficiencias generadas por la antigua ley.
El gobierno de Bachelet ha defendido la eficacia de la nueva normativa.