Estrategias para seguridad alimentaria


Luego de tres jornadas marcadas por la polémica sobre biocombustibles, la XXX Conferencia de la FAO para América Latina y el Caribe se concentra hoy en estrategias para garantizar la seguridad alimentaria, considerada una prioridad para la región.


El director general de la FAO, el senegalés Jacques Diouf, destacó al intervenir en la sesión de ayer que «los motines provocados por el hambre se propagan por los diferentes continentes», como muestra de la apremiante urgencia en encontrar salidas fiables a la situación.

«La subida actual de los precios de los productos alimenticios es un gran desafí­o, ya que la seguridad alimentaria de millones de personas en todo el mundo está hoy amenazada. Entre enero de 2007 y enero de 2008, el í­ndice de precios de los alimentos de la FAO aumentó un 47%», según Diouf.

Los números de la FAO indican que América Latina y el Caribe producen alimentos suficientes para suplir las necesidades de la región, pero también alertan que el alza de precios podrá deteriorar severamente los niveles de consumo y de nutrición para millones de personas.

Ante ese cuadro, Diouf formuló un llamado a gobernantes de todos los continentes a participar de la Cumbre sobre Seguridad Alimentaria Mundial, Cambio climático y Bioenergí­a que se realizará del 3 al 5 de junio en Roma.

Desde la sesión inaugural de la XXX Conferencia regional, el pasado lunes, las delegaciones latinoamerianas y caribeñas participantes fueron unánimes en destacar la prioridad absoluta de adoptar medidas para garantizar el acceso de millones de personas a alimentos fundamentales.

Sin embargo, toda la discusión en la reunión sobre el alza de los precios de los alimentos a nivel mundial se vio determinada por la polémica sobre el impacto de la producción de biocombustibles, una alternativa que dividió de modo evidente a las delegaciones nacionales.

Un comité técnico de la FAO en este Conferencia concluyó que la entidad podí­a ayudar en el «mapeamiento de la capacidad bioenergética de cada paí­s», pero que cualquier polí­tica de producción de biocombustibles debí­a tener en cuenta el derecho a la información y la seguridad alimentaria.

El más enfático defensor de los biocarburantes como alternativa para el desarrollo de los paí­ses pobres, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, fue enérgico al afirmar en un discurso que «a cada dí­a 854 millones de personas van a dormir con hambre. Esa situación es intolerable».

Lula pidió un análisis global y estructural del problema: «O hacemos esta discusión con la seriedad que precisa, o vamos a continuar haciendo polí­tica emergencial en Haití­, ayudando hoy para esperar que haya otra crisis», alertó el presidente brasileño.

La XXX Conferencia regional de la FAO para América Latina y el Caribe, de la que participan delegaciones de 33 paí­ses, se inició el lunes con reuniones técnicas y culmina mañana.