A menos de una semana para la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas, la candidata socialista, Ségolí¨ne Royal, intenta garantizar su paso a la segunda ronda y descarta una alianza con el aspirante del centro, Franí§ois Bayrou, con el fin de ganar fuerza en las urnas.
En los últimos días de campaña, Royal, segunda en intenciones de voto por detrás del candidato conservador Nicolas Sarkozy, pidió a los franceses que «voten masivamente, de forma consciente» y sin dudar, para garantizar un duelo final izquierda-derecha el próximo 6 de mayo en la segunda ronda.
La aspirante socialista pondrá el broche final a su campaña el jueves en Toulouse (suroeste) en un mitin junto a un aliado muy popular en Francia, el presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.
En estos días, Royal, de 53 años, ha pedido el voto útil, el apoyo de las mujeres, de todos los franceses anti-Sarkozy y de aquellos ciudadanos antiliberales para ir más allá del 23 al 26% de intenciones de voto otorgadas por los sondeos.
«Mi mensaje es: Participad en estas elecciones desde la primera vuelta (…) Necesito que intentéis convencer a vuestro alrededor y digáis a cada ciudadano: Sed osados con vuestro voto», pidió la candidata, que durante varios meses fue la gran favorita de las elecciones según todos los sondeos y fue perdiendo terreno poco a poco.
Sin duda los mayores peligros de la socialista el próximo domingo serán la indecisión del electorado, que roza el 40%, y la dispersión del voto, entre los múltiples candidatos de izquierda y el aspirante de centro, Franí§ois Bayrou.
Según el instituto de sondeos CSA, los franceses de centro-izquierda desean poner freno a Sarkozy pero no saben muy bien de qué manera y dudan entre Bayrou y Royal.
Los expertos en encuestas de opinión recuerdan además que hace cinco años, un 17% de los electores decidió a quién votar el mismo domingo de las elecciones y por tanto, nada está descartado el próximo 22 de abril.
«Dudamos de la experiencia de Royal, su rigidez nos da miedo pero no olvidemos que ha sido elegida candidata por una izquierda que busca una renovación», recordó el lunes Laurent Joffrin, editorialista del diario Liberation.
La candidata socialista ha garantizado a los electores que no «tiene nada que negociar» con Bayrou, como han sugerido algunas voces en su partido y desea ganar estas elecciones con ideas típicamente de izquierda y con firma socialista.
«Pido a la izquierda y a todos los electores republicanos movidos por la justicia y la paz social que se unan en torno a mi candidatura desde la primera vuelta y que esta elección sirva para algo, a diferencia de la de 2002», insistió Royal.
Hace cinco años, el líder de la extrema derecha, Jean Marie Le Pen, consiguió más votos que el candidato socialista a las presidenciales, Lionel Jospin, y la principal fuerza de oposición quedó fuera de la segunda vuelta.
Desde entonces, las crisis y las divisiones internas se multiplicaron en la formación que vagó a la deriva hasta que la elección de Royal como candidata, el pasado noviembre, le hizo soñar de nuevo con una victoria.
En la recta final de esta campaña, Royal no ha dudado tampoco en hacer valer su condición de mujer, sobre todo de ser la primera fémina con posibilidades reales de ser presidenta de Francia, una cuestión que había preferido evitar en la campaña.
«Necesito el voto de las mujeres», pidió Royal este fin de semana, considerando que en Francia, el hecho de no votar a un hombre es un acto «osado».
Por primera vez en la campaña, la candidata socialista se refirió también a los ataques que ha recibido por parte de sus propios compañeros de partido. «Confieso que en esta campaña, no me he librado de casi nada. Tal vez intentan hacerme pagar una cierta forma de libertad. Pero he demostrado que tengo resistencia y constancia», aseguró.