Estoy convencido, más que nunca (II de II)


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Continuando con el tema de la semana pasada sobre lo obsoleto e inconveniente de las pruebas estandarizadas, comento que una institución educativa tiene que utilizar los libros de texto durante cinco años para que esa compra sea rentable –recuperar sus costos con el uso año tras año. Si así es, ¿qué exactitud y actualización de datos está aportando?

Raymond J. Wennier


Cuando escucho sobre las situaciones que los niños y jóvenes afrontan hoy día, digo que los datos e información en el contenido del currículo, están en segundo o tercer lugar en las prioridades para la preparación de los alumnos. La formación académica es importante pero la formación personal es de por vida. Sostengo como más importante la formación personal que la académica.

Estoy convencido que los alumnos de este siglo necesitan una educación realmente centrada en el alumno, no con metodologías del siglo pasado para mantener exámenes estandarizados sino con las herramientas de cómo manejar y ejercitar las cualidades personales para que sean productivos como miembros de un equipo, que sepan utilizar las habilidades más importantes que les permitan un crecimiento personal continuo adaptándose a los constantes cambios en el mundo y en la sociedad. Ejemplo de esas habilidades son: comunicación, colaboración,  cuestionar-preguntar, resolución de problemas y toma de decisiones. Algunos rasgos de carácter que un programa escolar debe incluir son: honestidad, responsabilidad, respeto, perseverancia, compasión. La lista sigue.

Estas habilidades y rasgos no pueden ser medidos o evaluados mediante exámenes estandarizados durante su preparación escolar. Recordemos la dificultad de las Comisiones de postulación para calificar la honorabilidad de los candidatos a los puestos en el Tribunal Supremo Electoral y en el Ministerio Público. Los valores se demuestran viviéndolos.

Sin jóvenes balanceados en su formación, no solamente bien instruidos en asimilar datos e información, no tendremos una sociedad balanceada tampoco. Sin balance el panorama  pinta gobernantes y servidores públicos, en gobierno y en iniciativa privada, que podrán ser genios académicos pero con muy poca formación personal que defina en ellos la personalidad necesaria para integrar y manejar una sociedad avanzada y equilibrada.

Más que nunca, estoy convencido que necesitamos una transformación académica.

NOTA: El 13 de marzo, la Fundación Telefónica en Guatemala, presentó su Plan educativo de trabajo para este año. Dicho Plan enfatiza  el desarrollo de proyectos innovadores con la orientación especial de disminuir los índices de trabajo infantil y desarrollar habilidades de liderazgo, solución de problemas y trabajo en equipo.

Sus proyectos llegan a trece departamentos del país, influencian  a más de 42,000 niños, niñas y jóvenes, con una inversión de más de Q28 millones durante este año.

Agradecemos a la Fundación Telefónica su aporte a la educación en Guatemala.