Las autoridades de Panamá decomisaron 53 toneladas de droga en 2008, pero no lograron impedir que el narcotráfico se convirtiera en causa «principal» de delitos y homicidios en el país por la acción de cárteles mexicanos y colombianos, reconocieron fiscales y funcionarios.
Una décima parte de la droga fue decomisada en operaciones navales conjuntas de Panamá y Estados Unidos en aguas internacionales, de acuerdo con un informe anual presentado por los fiscales antidrogas, quienes dijeron que aumentó el envío de drogas hacia Norteamérica por el Pacífico, antes concentrado en el Caribe.
Las autoridades también confiscaron los fondos de 42 cuentas bancarias, 700 teléfonos celulares y 209 automóviles relacionados con el narcotráfico, dijeron los fiscales en su informe.
Las actividades del narcotráfico en Panamá aumentaron debido a que los cárteles de México y Colombia han sido reprimidos en sus países, lo que «produce una migración (de traficantes) hacia los diferentes países de Centroamérica y Suramérica, y Panamá no escapa a esa realidad», aseguró el fiscal primero de Drogas, José Abel Almengor.
«Lo que sucede es que en Panamá se ha producido en los años recientes el fenómeno conocido como el de los «tumbadores», es decir, individuos que de manera violenta se apoderan de la sustancia ilícita», expresó.
La acción de los «tumbadores», unida a las acciones del Plan Mérida lanzado por varios países, «ha llevado a que algunas células de origen mexicano hayan decidido venir a Panamá a cuidar de manera directa sus cargamentos», dijo.
Según el fiscal, las bandas que más presencia tienen en Panamá son los cárteles mexicanos de Sinaloa y del Golfo, que acaparan «prácticamente el 80% de la droga que es trasladada a Estados Unidos y Europa».
Sin embargo, Almengor negó que los cárteles mexicanos estén sustituyendo a los colombianos en el tráfico de drogas en Panamá.
«La función de estos grupos es diferente. Las actividades de los cárteles colombianos van dirigidas a la producción de droga ilícita», mientras que los mexicanos «son cárteles de transporte dirigidos a llevar la droga ilícita a Estados Unidos y Europa», dijo.
El viceministro de Seguridad Pública, Rodrigo Cigarruista, destacó que «a pesar de tener bastantes limitaciones de orden logístico, se ha podido encontrar un punto de equilibrio entre eficiencia y eficacia en la capacidad de detección y respuesta» ante los narcos.
Sin embargo, reconoció que el narcotráfico «se ha convertido en el elemento principal que impulsa en gran medida la problemática de la delincuencia» y los homicidios en Panamá.
En 2008 fueron perpetrados unos 500 homicidios en el país, según proyecciones oficiales, frente a 444 en 2007.
Por su lado, el fiscal segundo de Drogas, Edwin Guardia, aseguró que en Panamá «el consumo de drogas ha aumentado» y se «ha detectado de nuevo la utilización de mulas (personas que trasladan dinero o drogas) en los aeropuertos».
Destacó que «antes la droga iba simplemente por el corredor del Caribe (…) y en los últimos años se ha incrementado el tráfico por el corredor del Pacífico y eso es lo que ha causado también que haya un incremento mayor de droga».
Los dos fiscales destacaron que Panamá es uno de los países que más droga decomisó en 2008 en relación a su superficie, apenas la mitad de Uruguay, pero los resultados de la lucha antidrogas son cuestionados por políticos opositores.
«Nunca antes Panamá había estado sujeto a tanta situación de inseguridad ciudadana», dijo a la AFP Miguel Antonio Bernal, académico de derecho y aspirante a alcalde en las elecciones de 2009.
Para Bernal, el exitoso balance de la lucha antidrogas «sólo sirve para propaganda de (el presidente Martín) Torrijos, para quedar bien con los «gringos», para nada más».
«Por Panamá siempre ha pasado droga, desde que la droga existe», dijo. «Podría incautarse mucha más si le diesen los medios e instrumentos y el presupuesto necesario y si la Policía no estuviera tan contaminada».