Todo caso político partidista representa el destape de una caja de Pandora. Contiene en su interior sorpresas increíbles y escándalos de alto impacto. Generan mentes que siembran cizaña, enfrentamientos y un clima de inseguridad. Que por cierto también significa en el cotarro aprensivo, la infaltable gota que rebalsa el vaso al instante.
Efectivo diagnóstico situacional referente al explosivo asunto, es la expresión que políticos y politiqueros forman clase aparte. Razón para que eso mismo ande de boca en boca, a modo de virtual desahogo del hombre de la calle. Ajeno, conviene añadir, sin esconder la mano, a la prosecución continua por esa senda escabrosa de final oscuro.
La humanidad refleja hoy en día coyunturas de antivalores en forma evidente. Uno se pregunta si tales comportamientos son parte del shock del futuro, que agobia en demasía a cerebros pensantes. O si acaso ejemplifica ya un exaltado ánimo del ser que acelera muestras con ubicación en los avances superdinámicos de adelantos al siglo XXI en tropel.
Resulta indudable lo anterior y mucho más por frontal complemento. El actuar, de cara al proselitismo y campaña electoral anticipada gana presencia. Desde hace mucho tiempo utilizan publicidad en bastedad y en restantes medios afines, entre ellos vallas, por ejemplo. De consiguiente, están que la miel se les arde, haciendo caso omiso de la ley.
Recién el Tribunal supremo Electoral (TSE) «se puso las pilas» al sancionar a diez partidos políticos por campaña anticipada, junto a comités en formación. Cometieron desobediencia al no acatar la orden de suspender dicha campaña de marras. Es impropio agregar de tipo electoral sin fundamento legal, similar a una mera competencia por sus propias pistolas.
La medida adoptada por el ente rector en mención cayó como un balde de agua fría a los contraventores. Muy campantes hacían de las suyas, aquí y allá. Empero para la ciudadanía en general y analistas en particular, es bien visto. De esperar es, se siente un enérgico precedente al correr del tiempo. Para todo existe oportunidad, no por madrugar amanece antes.
El Congreso recién introdujo reformas al Código Penal, que penalizan con sanciones, tipo camisa de fuerza, consecuencia también de «ponerse las pilas» a los partidos y comités en formación que hagan campaña electoral anticipada. Con esas medidas urgentes y necesarias ponen en cintura a los promotores de actividades opuestas a la ley.
Esa sanción deberá permanecer con carácter inflexible durante el proceso electoral en ciernes. Será presentar un rostro firme y duradero a cada momento, en aras que antes, en y después de los comicios en estado de cosas no empañe la deseable transparencia y legalidad de las elecciones, donde quede clara la voluntas popular, digna de respeto
El TSE, secundado por el Legislativo, tiene ocasión propicia de ganar prestigio endógeno y exógeno al ejercer acciones inherentes a su función. No, a quienes pretenden pasarse sobre la ley; no a subterfugios merecedores de rechazo. Sí, a un proceso digno de elogios, meta puntual que anhelan los connacionales cuyo compromiso es con la patria.
Cada evento electoral constituye andancias de audacia, sorpresas y escándalos tremendos, que dejan huella imborrable. Capaces de grandes impactos que borran de un todo el interés ciudadano y fortifica el ausentismo a las urnas, deja una sombra fatal atinente a desmoralizaciones y desaliento, el civismo va cuesta abajo, es hora de evitarlo.
Si triunfa lo positivo en el evento electoral, tendrá el respaldo total de los guatemaltecos conscientes, deseosos de comicios limpios, cansados de manipulaciones políticas y politiqueras. De tantos años de desengaños, perfil definido desde años inveterados, azote del bienestar, tranquilidad y de un proceso que es de esperarse con ansias.