El yen se ubicaba hoy en su más alto nivel frente al dólar desde junio de 2005, impulsado por el rechazo creciente que los inversores están expresando frente al billete verde y por temor a que China decida diversificar sus enormes reservas cambiarias.
El dólar pasó brevemente hoy debajo de la barrera de los 109 yenes, nivel que no registraba desde hacía más de dos años y medio. La noticia provocó ventas masivas en la bolsa de Tokio, donde su índice Nikkei se derrumbó en 2,46% terminando la sesión en su más bajo nivel en 16 meses.
Este brusco arranque del yen perjudica a los exportadores japoneses, que en su mayoría establecieron previsiones anuales de beneficios, basándose en un dólar a 115 yenes, nivel alrededor del cual estuvo fluctuando en los últimos meses.
Siguiendo el camino del euro, que está batiendo récords frente al dólar, el yen se está beneficiando de la desconfianza creciente hacia el dólar.
La incertidumbre que rodea a la economía estadounidense, sumida en una crisis por los préstamos hipotecarios de riesgo y la perspectiva de una nueva baja de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense (Fed), «incitan a los inversores a alejarse del dólar y a los activos en dólares», explicó Hirokazu Fujiki, estratega en Okasan Securities.
La caída de la moneda norteamericana se explica también en el «miedo de que China convierta sus haberes en dólares en monedas más fuertes, como el euro», explicó Yosuke Hosokawa, analista en Chuo Mitsui Trus Bank.
China cuenta con las reservas de cambio más importantes del mundo (más de 1.400 millardos de dólares) y cualquier modificación de las monedas que la componen tendría repercusiones considerables en el mercado.
El gobernador del Banco Popular de China, Zhou Xiaochuan, declaró sin embargo el lunes durante una reunión en Sudáfrica, que Pekín «quiere un dólar fuerte».
Loa actitud de los países del Golfo, cuyas exportaciones petroleras se negocian en dólares, y cuyas monedas -en su mayoría- tienen un vínculo fijo con el dólar, también ha generado temores que repercuten en el mercado.
El billete verde «sufre por las especulaciones según las cuales esos países volverán a examinar sus monedas y reemplazarán el acercamiento al dólar por uno ligado a una canasta de divisas», indicó John Kyriakopulos, de NAB Capital.
Por eso, esta estampida del yen ha incitado a los inversores a preguntarse si el Estado japonés intervendrá para apoyar su moneda y respaldar a los exportadores nipones, como ha hecho en anteriores ocasiones.
En todo caso, el número dos del gobierno japonés, Nobutaka Machimura, aseguró días atrás que un yen fuerte es «fundamentalmente bueno» para la economía de su país pues «aumenta el valor de Japón» a largo plazo.
Entre otras cosas, un yen fuerte, permite suavizar la factura del petróleo para Japón, cuya energía depende en 100% del abastecimiento exterior.