Mauricio Henríquez, A-1 538534
Estaba ayudando a una amiga a armar su puesto de venta en una acera de mucho movimiento, cuando a mis espaldas vi que dos jóvenes tatuados, se escondían. Pensé, que me había llegado la hora. Su respiración era agitada, producto de la adrenalina y continuaron su camino, ocultándose de puesto en puesto, hasta desaparecer en la esquina. A los pocos segundos, aparecieron dos policías en moto que casi no hacían ruido, en contra de la vía persiguiéndolos.
Se ve impresionante un grupo de policías en motos y permite emboscar a los delincuentes. Un día vi a un par de ellos saliendo de unas calles de La Bethania en sus motos y como nunca se les miraba por ahí, pensé que estábamos mejorando.