Los diez estadounidenses que intentaron sacar de Haití a 33 niños sin permiso luego del terremoto serán transferidos hoy a la Fiscalía de Puerto Príncipe, que decidirá si tiene o no lugar un juicio por tráfico infantil, anunció este miércoles el juez.
«Obtuve la información preliminar y pasé el caso a la Fiscalía. Corresponde ahora a la Fiscalía decidir el siguiente paso en este caso», si son enjuiciados o no los diez estadounidenses, declaró el juez de Paix de Delmas (centro de Puerto Príncipe), Isai Pierre-Louis, a cargo del caso.
«Cuando se comete una infracción, cada actor desempeña un papel», subrayó el magistrado precisando que la Fiscalía verá este caso hoy, cuando los detenidos podrían conocer su suerte con la justicia haitiana.
Los diez ciudadanos estadounidenses miembros de una organización caritativa bautista llamada New Life Children»s Refuge (Refugio para la Nueva Vida de los Niños) con sede en Idaho (noroeste de Estados Unidos) fueron detenidos el viernes en la frontera con República Dominicana, donde intentaban cruzar con un grupo de 33 niños haitianos, de los cuales varios dijeron tener padres.
Mazar Fortil, fiscal para la corte de Puerto Príncipe, dijo que el grupo podría ser procesado por secuestro, tráfico de niños y cargos relacionados con conspiración criminal.
El juez Pierre-Louis confirmó que son esos los cargos que podrían pesar sobre los estadounidenses.
El caso salió a la luz cuando las autoridades de Puerto Príncipe manifestaron su preocupación porque algunos niños haitianos podían haber sido víctimas de traficantes de personas o mal identificados como huérfanos, tras el terremoto del 12 de enero que dejó más de 200.000 muertos.
El balance de muertos por el sismo de Haití supera los 200 mil, con más de 300 mil heridos, dijo ayer el Primer Ministro, mientras se anunció que los diez estadounidenses presos por el caso de «niños robados» podrían conocer su suerte hoy.
El miércoles también cientos de haitianos protestaron en Puerto Príncipe para expresar su rabia contra el gobierno, incapaz de saciar las necesidades de un pueblo aplastado por un terremoto.
En cuanto al nuevo balance de víctimas, el Primer Ministro Jean-Max Bellerive dijo en una entrevista con la AFP que aumentó en 30.000 muertos el saldo anterior de las autoridades.
«Hay más de 200.000 personas que fueron identificadas claramente como muertas», dijo Bellerive, y agregó que los 300.000 heridos habían sido internados «en hospitales, centros sanitarios y ambulatorios», y que 4.000 personas sufrieron amputaciones.
En cuanto a los diez estadounidenses que intentaron sacar de Haití a 33 niños sin permiso luego del terremoto, serán transferidos el jueves a la Fiscalía de Puerto Príncipe, que decidirá si tiene o no lugar un juicio por tráfico infantil, anunció este miércoles el juez del caso a la AFP.
«Obtuve la información preliminar y pasé el caso a la Fiscalía. Corresponde ahora a la Fiscalía decidir el siguiente paso en este caso», si son enjuiciados o no los diez estadounidenses, declaró el juez de Paix de Delmas (centro de Puerto Príncipe), Isai Pierre-Louis, a cargo del caso.
Los portavoces de la organización que está velando por estos menores, SOS Village, indicaron que «entre 15 a 20 niños de este grupo» -cuyas edades oscilan entre dos meses y 12 años- afirmaron tener padres, de quienes dieron nombres e incluso direcciones.
Por otra parte, los habitantes de los campamentos de refugiados que se erigieron en Puerto Príncipe tras el terremoto del 12 de enero manifestaron su ira cerca de la alcaldía de Pétion-Ville contra el gobierno y las autoridades que no hacen llegar la ayuda requerida por los damnificados, constataron periodistas de la AFP.
En este lugar en el sudeste de la capital haitiana, donde viven las clases medias altas rodeadas de villas miserias, varios manifestantes lanzaron declaraciones desafiantes contra el presidente René Préval, la policía y la prensa.
En la tarde otra manifestación de unas 200 personas se realizó frente a la embajada estadounidense para expresar el mismo descontento con la entrega de ayuda, dos horas antes que el director adjunto para Haití de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Anthony Chan, mencionara los logros de su misión en la primera fase de limpieza de escombros.
Chan explicó en una conferencia de prensa donde asistieron sobre todo periodistas haitianos el lanzamiento del programa «Cash For Work» (Dinero por Trabajo), que prevé contratar a unos 20.000 haitianos para labores de reconstrucción a cambio del salario mínimo del país, 200 gourdes (5 dólares) por ocho horas de trabajo.
«Para mí es natural que (la gente) se sienta así (frustrada) después de una catástrofe de esta magnitud», dijo ante una prensa molesta porque las iniciativas de ayuda no están llegando a la mayoría de los afectados por el sismo. «Estamos haciendo lo mejor que podemos», agregó.
La ONU y representantes de distintas ONG de todo el mundo no han logrado ejecutar un plan eficaz de distribución de la ayuda internacional a los damnificados, quienes sienten que el saco de arroz de 25 kg o el agua llegan como una cuestión de suerte.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, le pidió al ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton que «asuma un papel de liderazgo» en la coordinación de la ayuda internacional a Haití.
Otro terremoto tan devastador como el que destruyó la región de Puerto Príncipe el 12 de enero podría ocurrir en los próximos 20 o 30 años, advirtieron científicos, que aconsejan reconstruir la infraestructura esencial de Haití hacia el norte del país, lejos de la capital.
Luego de analizar nueva información e imágenes satelitales sobre el sismo, un equipo de expertos de la Universidad de Miami alertó sobre el alto riesgo de otro terremoto en el país más pobre del continente en las próximas décadas.
«Hay una razonable probabilidad de que otro gran terremoto, similar al que ocurrió el (pasado) 12 de enero, impacte Puerto Príncipe en los próximos 20 o 30 años», advirtió Tim Dixon, experto en Geología y Geofísica de la Escuela Rosenstiel de Ciencias Marítimas y Atmosféricas de la Universidad de Miami (RSMAS).
Las imágenes observadas confirman que sólo la mitad occidental de la falla terrestre que había tenido una ruptura en 1751 es la que volvió a romperse.
«Debemos esperar todavía que ocurra lo mismo con la otra parte», dijo Dixon.
«Sería bueno que Haití traslade la infraestructura esencial, como los edificios del gobierno, las escuelas y los hospitales, a una zona hacia el norte, lejos de la zona de peligro», recomendó Dixon, que comenzó a estudiar las fallas terrestres en esa región de Haití con la NASA hace casi 25 años.
«Los eventos sísmicos tienen un período de retorno y esperamos, por cómo se ha comportado la región en el pasado y lo que ha ocurrido en otras zonas en el mundo, que haya un próximo rompimiento en un período corto, en unos 20 o 30 años», afirmó Fernando Green, un ingeniero geofísico mexicano de la RSMAS.
«Luego de una ruptura, se incrementa la deformación hacia los lados de la falla, y el segmento que no se rompió, se romperá», agregó Green.
La información e imágenes satelitales captadas antes y después del terremoto reflejan que «la ruptura sísmica no alcanzó la superficie terrestre, algo inusual para un terremoto de esta dimensión», según un informe de los expertos.
«Dada la disposición de las placas tectónicas, los científicos esperaban movimientos laterales, sin embargo hubo una gran cantidad de desplazamientos verticales durante el terremoto», dijo Falk Amelung, otro de los geólogos que intervinieron en el estudio.
«Esto explica que una relativamente pequeña ruptura haya podido generar un gran terremoto», señaló.
Las nuevas imágenes muestran que el terremoto se produjo sobre o cerca de la falla de Enriquillo, donde la mayoría de los científicos estimaban ocurriría.
«Eso es un aliciente porque demuestra que lo que se creía acerca de las placas tectónicas en el área era correcto», agregó Amelung.
En 1986 un equipo de la NASA, que integraba el geólogo Tim Dixon, comenzó a medir las fallas sísmicas en la isla Hispaniola, que comparten Haití y República Dominicana.
Una década más tarde esas medidas revelaron que la falla de Enriquillo en el sur de Haití, representaba un riesgo significativo de terremoto.
«En todo sentido, aquellas medidas nos prepararon para entender hoy los peligros de esa zona. Los científicos estudian esa y otras fallas en la isla desde entonces», comentó Dixon.
Las nuevas imágenes fueron obtenidas del satélite japonés ALOS, y provistas a la comunidad científica por el Grupo de Observación de la Tierra (GEO) -integrado por varios países que comparten información satelital- y la Agencia Espacial Europea (ESA), informó la Universidad de Miami.