Esos tres países ya fueron descertificados el año pasado, en la última evaluación que publicó el gobierno de George W. Bush, provocó una dura respuesta de La Paz, con la expulsión de los agentes de la Administración Antidrogas estadounidense (DEA).
La certificación anual antinarcóticos puede conducir a sanciones, recordó el comunicado del portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly.
Sin embargo, este año y en el caso de Bolivia y Venezuela, «el presidente emitió una dispensa por interés nacional, para que Estados Unidos pueda continuar apoyando programas específicos para beneficiar al pueblo boliviano y venezolano», añadió el texto.
«La dispensa permitirá la continuación del apoyo al desarrollo agrícola, los programas de intercambio, el desarrollo de pequeñas empresas y entrenamiento policial» en el caso de Bolivia, explicó el texto.
El comunicado no menciona sin embargo específicamente el principal proyecto de lucha antipobreza de Estados Unidos al que Bolivia no tiene acceso, la Cuenta Reto del Milenio.
En Venezuela, por otra parte, Estados Unidos seguirá apoyando «programas de la sociedad civil y de desarrollo de pequeñas comunidades».
Venezuela ya había sido incluida en la lista negra en 2007. Bolivia entró en ese restringido club de países que pueden ser sancionados el año pasado.
La tensión entre La Paz y Washington se acrecentó en los meses finales de la presidencia de Bush, con la expulsión respectiva de embajadores y de los agentes de la DEA.
Bush decidió el 15 de diciembre sacar a Bolivia del programa de preferencias arancelarias andinas (ATDPEA).
Cada año, Estados Unidos emite una certificación de grandes países productores o de tránsito de droga, que sirve luego para determinar el destino de su ayuda al desarrollo.
Este año son veinte los países mencionados. De esos veinte, «Bolivia, Birmania y Venezuela fracasaron ostensiblemente en los últimos doce meses a la hora de cumplir con acuerdos antinarcóticos internacionales y tomar medidas de acuerdo a las leyes estadounidenses», explicó el texto.
La lista completa de los veinte países es la siguiente: Afganistán, Bahamas, Bolivia, Brasil, Birmania, Colombia, Ecuador, Guatemala, Haití, India, Jamaica, Laos, México, Nigeria, Pakistán, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Venezuela.
Como cada año, el Departamento de Estado precisa que la inclusión de un país en esa lista «no refleja necesariamente sus esfuerzos en la lucha antidrogas ni su cooperación con Estados Unidos».
México y Colombia son dos de los países que cada año son designados como grandes productores de droga, pero que mantienen amplios programas de colaboración con Washington que ascienden a centenares de millones de dólares.
El presidente boliviano, Evo Morales, dijo hoy que Estados Unidos «no tiene ninguna autoridad ni moral» para cuestionar la lucha antidrogas en su país.
El gobernante boliviano reaccionó molesto luego que el Departamento de Estado consideró en su certificación anual que Bolivia y Venezuela «fracasaron ostensiblemente» en el combate contra el narcotráfico.
«Estados Unidos no nos permitió comprar equipos equipados con radares para la lucha contra el narcotráfico, Estados Unidos ya no aporta plata como antes y por tanto no tiene ninguna autoridad ni moral para cuestionar la lucha contra el narcotráfico», señaló en rueda de prensa en el presidencial Palacio Quemado.
Morales dijo que su país cumplió con todas las metas y mejoró en las tareas de interdicción, en un trabajo en el que «está aprendiendo y mejorando».
Señaló que la certificación de parte de Estados Unidos se realiza de acuerdo a su conveniencia política.
«Ya es normal, cuando le conviene certifica, cuando no le conviene descertifica. Por qué no se certifica cómo en Estados Unidos está bajando o no está bajando la demanda», señaló Morales a su retorno de una gira por Suiza y España.
En esa dirección, Morales aseguró que mientras «haya mercado para la cocaína, por más que se reduzcan los cultivos de coca, una parte será siempre desviada».
Morales pidió mayor corresponsabilidad en la lucha contra el narcotráfico, «de todos los países, no solamente de Estados Unidos», porque la lucha antidroga no puede ser un «instrumento, un control político, un control geopolítico».
«Eso era, eso está terminando», precisó al referirse a la expulsión de la DEA (la agencia antidroga estadounidense) el pasado año, acusada de conspirar contra su gobierno.
El gobierno estadounidense afirmó el miércoles que Bolivia, Birmania y Venezuela «fracasaron ostensiblemente» en el último año en su lucha antidrogas, en su certificación anual antinarcóticos, aunque en el caso de los dos países latinoamericanos dijo que se mantendrán programas de apoyo.