El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, sumió el país «en un estado desesperado», afirmó hoy el líder de la oposición y candidato presidencial, Morgan Tsvangirai, que advirtió que de llegar al poder no habrá amnistía para los culpables de la violencia política.
«Nuestra nación se encuentra en un estado desesperado», declaró el lider del Movimiento para el cambio democrático (MDC) en un «discurso a la nación», pronunciado ante los diputados y senadores de su partido a cuatro semanas de las elecciones presidenciales.
«Tenemos la inflación más elevada del mundo, 80% de desempleo y una enseñanza que pasó de ser una de las mejores a una de las peores», indicó.
El candidato advirtió por otra parte que si logra reemplazar a Mugabe, que lleva 28 años en el poder, no habrá amnistía para los responsables de las violencia políticas.
Tsvangirai estimó que no hay ninguna justificación al caos económico del país, que fue considerado como un modelo de desarrollo después de su independencia de Gran Bretaña en 1980.
«Somos un país rico en recursos naturales» capaz de «atraer a los inversores extranjeros», agregó.
Antiguo granero de Africa austral, Zimbabue se hundió en la crisis después del lanzamiento, en 2000, de manera desordenada y violenta, de una reforma agraria que provocó la partida de unos 4 mil agricultores blancos y una caída dramática de la producción agrícola.
La inflación oficial superó 165 mil % este año y los insumos básicos desaparecieron de las tiendas.
Recientemente el gobierno causó pánico entre los inversores al adoptar una ley que obliga las empresas extranjeras a ceder 51% de su capital a ciudadanos nacionales.
Mugabe, de 84 años, acostumbra afirmar que la situación actual se debe a las sanciones adoptadas por los países occidentales contra un centenar de dignatarios de su país después de su controvertida reelección en 2002.
Tsvangirai, de 56 años, infligió una derrota histórica al decano de los jefes de Estado africanos, al vencerlo en la primera vuelta de las elecciones el 29 de marzó último, aunque no pudo alcanzar la mayoría absoluta necesaria para evitar una segunda vuelta, que se realizará el 27 de junio.
Además el partido de Mugabe, la Union nacional africana de Zimbabue-Frentre patriótico (Zanu-PF), perdió las elecciones legislativas frente al MDC.
Despues del escrutinio se desató una ola de violencia cuyas victimas son en su mayoría miembros de la oposición, según varias organizaciones como la ONU.
«Las violencias deben cesar. No habrá ninguna tolerancia o amnistía para los que torturan, hieren o matan a otros ciudadanos», afirmó Tsvangirai, cuyo partido denunció la muerte de 50 de sus miembros.
Hoy los partidarios del presidente afirmaron estar seguros de ganar el 27 de junio, mencionando un sondeo que daría 75% de los votos a Mugabe y 25% a Tsvangirai.
El presidente nunca dejará que el líder de la oposición lo reemplace aunque pierda la segunda vuelta de la presidencial, declaró ayer su esposa, Grace Mugabe.
«Aún si la gente vota mayoritariamente por el MDC, Morgan Tsvangirai nunca pisará el palacio presidencial», afirmó ante partidarios de la Zanu-PF.