Un amotinamiento en Guinea Bissau amenaza con desestabilizar aún más el país.
El motín militar de ayer en Guinea Bissau, condenado de forma unánime por la comunidad internacional, amenaza con desestabilizar aún más a este pequeño país africano ya debilitado por el tráfico de cocaína procedente de Sudamérica.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, «condenó firmemente» el ataque lanzado ayer antes del amanecer por militares amotinados contra la residencia del presidente de Guinea Bissau, Joao Bernardo Vieira, según un comunicado de la ONU.
Una delegación de la Comunidad Económica de Estados de ífrica Occidental (CEDEAO), dirigida por el presidente de la Comisión Ibn Chambas y el canciller de Burkina Fasso, Alain Bedouma Yoda, llegará hoy a Bissau para mostrar su solidaridad tras el ataque.
Uno de los presuntos amotinados murió durante el ataque y varios soldados leales resultaron heridos, según responsables. Tres de los atacantes fueron detenidos
Según una fuente del ejército el líder del amotinamiento fue un sargento de la Marina relacionado con el líder de la oposición Kumba Yala, ex presidente derrogado en 2003 por un golpe de Estado sin derramamiento de sangre.
«El líder de la operación, el hombre que es considerado como el jefe, es Alexandre Chama Yala, y nuestros agentes están buscándolo activamente», dijo la fuente que pidió no ser identificada.
Yala es el sobrino de Kumba Yala, añadió la fuente.
El ataque aumentó la tensión en este país del oeste africano, uno de los más pequeños, inestables y pobres del continente, una semana después de las elecciones legislativas que supuestamente debían aportar la estabilidad.
«El secretario general se ha enterado con gran inquietud de las informaciones sobre la presunta implicación de elementos de las Fuerzas Armadas de Guinea Bissau en el ataque y los llama a abstenerse de toda acción que pueda desestabilizar aún más el país», añade el comunicado de la ONU.
Ban llamó a las autoridades de Bissau a «restablecer la ley y el orden» y a llevar a cabo «una investigación exhaustiva».
«El secretario general estima que este esquema destructor, hecho de inestabilidad y del irrespeto de las instituciones democráticas de este país, debe terminar», según el comunicado.
Las autoridades de Bissau afirmaron ayer que el ataque había fracasado y que la situación estaba «bajo control».
«La situación está en calma. Hay únicamente militares que patrullan en los alrededores de la presidencia» de la República, confirmó una fuente de la ONU.
Mientras las autoridades señalaban que el ataque de ayer fue un amotinamiento, los observadores dijeron que podía ser un fallido intento de golpe de Estado lanzado por uno de los rivales del presidente.
Los resultados definitivos de las legislativas del 16 de noviembre serán proclamados el miércoles próximo.
Como se esperaba, el ex partido único de Guinea Bissau, el Partido Africano por la Independencia de Guinea Bissau y de las islas Cabo Verde (PAIGC), obtuvo 67 escaños de los 100, según resultados oficial provisionales.
El PAIGC, en el poder desde la independencia de esta ex colonia portuguesa en 1974, se impuso en las urnas al Partido de la Renovación Social (PRS) de Yala.
Desde el regreso a la presidencia de Vieira en 2005, que ya dirigió el país entre 1980 y 1999, Guinea Bissáu ha tenido tres primeros ministros y una intentona golpista fallida.
El presidente senegalés, Abdulaye Wade, lanzó un llamamiento a «una reunión urgente en Dakar sobre Guinea Bissau» para «diagnosticar en profundidad todos los problemas de este país hermano, especialmente el que concierne a los narcotraficantes, con miras a aportar remedios eficaces y duraderos», según el comunicado de la presidencia senegalesa.
Expertos internacionales sostienen que Guinea Bissau se ha convertido en el primer «narcoestado» africano, controlado por cárteles de la droga y desamparado a causa de una legislación insuficiente, punto de paso de la cocaína sudamericana destinada al lucrativo mercado europeo.