Está dejando los pañales la polí­tica electoral…


Estamos ya a casi año y medio de la fecha en que, salvo los imponderables, hayan de celebrarse las próximas elecciones generales 2011…

Marco Tulio Trejo Paiz

Varios personajes que, por andar repartiendo sonrisas farisaicas y haciendo promesas con tufo demagógico entre la gente humilde y empobrecida de la campiña y de centros urbanos, se erigen en presidenciables, y es que no han sobresalido como lí­deres en otros grupos. Algunos de esos ambiciosos y vanidosos politiqueros están o han estado prendidos a las ubres del presupuesto nacional, y evidentemente no tienen arrastre más que en los pies… Hay dos corrientes polí­tico-ideológicas aquí­, en esta Guatemala subdesarrollada, y en el resto del mundo no fanatizado ni idiotizado y, por añadidura recurriendo al terrorismo como acontece en unos paí­ses sudamericanos, en el Caribe, en el Cercano Oriente y en la región del sudeste asiático que están hundidos en sangrienta anarquí­a, entre algunos otros aisladamente… Son sólo dos, como decimos, esas corrientes: La democrática con sus beneficiosos valores positivos y la antidemocrática, o sea la del llamado izquierdismo que, dicho sea de refilón, al hacerse fuerte en el poder impone la tiraní­a, manda al paredón y a las diabólicas prisiones a los opositores reales o supuestos, dispone la abolición de la propiedad privada y comete otras barrabasadas como ha ocurrido en la Cuba de los Castro y su rebaño. Hemos dicho en el titular que aquí­ está dejando los pañales la polí­tica-electoral prematuramente y, de esa manera, no deja de entorpecer la obra de Estado. Eso han hecho los polí­ticos partidistas y arribistas de todos los tiempos de vivificantes aires de libertad, no así­ cuando se ha soportado cabizbaja y aterida la cargada atmósfera de las dictaduras y tiraní­as. No es mucha la «carroña» (léase la «guayaba»), pero la zopilotera del cuento ya está revoloteando pensando en satisfacer sus ambiciones de medro y mando a más no poder y para todo lo demás que es imaginable… Hasta hoy son estos politicantes los personajes que sueñan con entronizarse en el llamado Palacio Nacional de la Cultura: Manuel Valdizón, el general Otto Pérez Molina, doña Sandra Torres de Colom, Abraham Rivera Sagastume, Hugo Caballeros y algún o algunos otros que estarán aceitando sus mejores armas a lo callado y oculto… …Dijimos en alguna ocasión, en este espacio de LA HORA, que en nuestro alegre patio centroamericano todaví­a no hay lí­deres polí­ticos bien formados como otrora para contar con la escalera que se necesita para subir al cielo de la frondosa superdesarrollada burocracia. Pérez Molina sí­ «las polainas», dice mucha gente. El de mayor liderazgo, como lo hemos expresado en otras oportunidades, serí­a el general José Efraí­n Rí­os Montt que, remedando a los fogueados toreros en el coso, con fintas y contrafintas ha sido capaz de continuar ocupando relevantes posiciones en el partidismo y en el gobierno, y ha logrado dejar «chiflando en la loma», como se dice populacheramente no sólo a conocidos «izquierdistas» relajeros, sino también ha sabido evadir la cacerí­a de Garzón, quien ahora ha sido cazado en Madrid por varios hechos punibles. A estas alturas del tiempo, la ciudadaní­a guatemalteca deberí­a tener plena conciencia de lo conveniente y de lo que es inconveniente para la patria respecto de los hombres y de las damas que tratan de ocupar altas posiciones de gobierno; mas, como las agrupaciones respectivas, deliberadamente o por su crasa ignorancia, dejan en el vací­o los valores del civismo, más bien optan por predicar en los mí­tines el «chancismo» con derroche de oportunismo y de cinismo para que siga la fiesta con lo mismo (discúlpese lo paronomástico de la terminologí­a). El voto, para que entrañe verdadero valor cí­vico, debe responder al pensamiento, al sentimiento y al patriotismo de los ciudadanos, no a la consigna sectaria ni a la obediencia ciega de los que se han hecho al timón de la «mierra», o sea la rastra de la del partidismo de la politiquerí­a… Dejemos hablando solas a las recuas y depositemos conscientemente el sufragio por quienes demuestren a lo largo de la campaña polí­tico-electoral tener los quilates y las agallas que se requieren para afrontar con decisión la tremenda problemática general que afecta a la población, principiando por un trabajo que realmente sea positivo y de beneficio para el Estado, porque es menester administrar honesta y eficientemente todo lo que constituye el patrimonio estatal; combatir sin contemplaciones o complacencias la corrupción, la rusiente inseguridad que nos tiene de rodillas y lloriqueando como mujeres plañideras; incrementar los ingresos mediante nuevas y acertadas polí­ticas de actividad, descartando más impuestos y endeudamiento interno y externo, además de ir armonizando en todo lo posible el que ya llevamos como cruz a cuestas y, en fin, debe prescindirse de todo lo que sea un sobornal para todos los guatemaltecos.