La Declaración Universal de los Derechos Humanos adoptada por las Naciones Unidas, en 1948, reafirma que todos los seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos. El principio de igualdad de derechos entre mujeres y hombres se ha incorporado en las constituciones y la legislación de la mayor parte de países.
El Artículo 4º de la Constitución Política de la República declara que en Guatemala todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad y derechos y que el hombre y la mujer, cualquiera que sea su estado civil, tienen iguales oportunidades y responsabilidades.
El vínculo entre los derechos humanos, la democracia representativa y participativa, y el desarrollo económico y social, se ha reiterado en varios instrumentos de derechos humanos, incluyendo la Declaración del Milenio, denunciando todas las formas de discriminación como factores estructurantes de las desigualdades y exclusión en la sociedad, especialmente contra las mujeres.
La Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de las Naciones Unidas, proclamada solemnemente en 1993, indica que la violencia contra la mujer constituye un obstáculo para el logro de la igualdad, el desarrollo y la paz; es una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre e impedido el adelanto pleno de la mujer; y que es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre. En la arena política, esto se traduce en una reducida representatividad de las mujeres en puestos de elección popular y de toma de decisión a todo nivel.
Frente la persistencia de grandes desigualdades en la región centroamericana, particularmente en el área rural y los pueblos indígenas, el Acuerdo para Esquipulas III, La Esquipulas de los Pueblos, busca enfrentar el desafío del desarrollo sostenible, para convertirnos en una región de paz, libertad, democracia y desarrollo, basada en el pluralismo político y el respeto a los derechos humanos.
Este plan estratégico regional para eliminar la pobreza extrema, mejorar los niveles de desarrollo humano y crear condiciones políticas, institucionales y sociales para el bienestar de todas y todos, descansa en los principios de solidaridad, en la promoción del desarrollo humano y el crecimiento económico sistemático y simétrico; responsabilidad compartida para alcanzar transformaciones estructurales; progresividad y proceso para producir, de manera consistente, los cambios requeridos; y paridad de género, para alcanzar la igualdad de mujeres y hombres en los distintos niveles, en la distribución de recursos y para garantizar la no perpetuidad de la desigualdad de género.
La Iniciativa 4088 de reformas de segunda generación a la Ley Electoral y de Partidos Políticos para garantizar la paridad étnica y de género en puestos de elección popular, es una fórmula concreta para dar vida a La Esquipulas de los Pueblos, esperanza de paz, democracia y desarrollo para los hombres y las mujeres de la región. masmujeresmejorpolitica@gmail.com