Espionaje retrasará restablecimiento


Los nexos diplomáticos entre Quito y Bogotá, rotos en marzo de 2008, demorarán en restablecerse totalmente de confirmarse un supuesto espionaje telefónico de Colombia al presidente de Ecuador, Rafael Correa, estimaron hoy analistas ecuatorianos.


Quito calificó de «muy grave» la información del presunto espionaje del servicio secreto colombiano a Correa en 2008, denunciado el lunes por el diario El Universo de Guayaquil (suroeste), e insistió en una explicación de Bogotá por la ví­a diplomática.

«Es muy grave y nosotros, frente a un tema tan grave, estamos procediendo de manera prudente», declaró el ministro de Seguridad, Miguel Carvajal, mientras que la Fiscalí­a dispuso una indagación para evitar que esa violación de la soberaní­a quede en la impunidad.

Los nexos entre los dos paí­ses fueron restablecidos en noviembre pasado a nivel de encargados de negocios luego de que Quito los rompiera por el ataque militar colombiano contra las FARC en Ecuador del 1 de marzo de 2008, que dejó 25 muertos -incluido el jefe rebelde Raúl Reyes-.

Sin embargo, la «información no ayuda a restaurar las relaciones y vuelve a poner en el tope de la agenda la desconfianza de las autoridades ecuatorianas», dijo a la AFP el director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Adrián Bonilla.

El internacionalista Marco Romero, de la Universidad Andina, sostuvo a su vez que «esta denuncia va a ser un elemento que va a retrasar o dificultar aún más la normalización plena de las relaciones».

En Bogotá, el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, adscrito a la presidencia colombiana) negó los señalamientos y atribuyó la versión a «personas que intentan con informaciones tergiversadas (…) enturbiar el camino de mejoramiento de las relaciones».

Patricia de la Torre, del observatorio polí­tico de la Universidad Católica de Quito, puso «en tela de juicio» la denuncia periodí­stica y resaltó que «es una necesidad, tanto de Colombia como de Ecuador, restablecer las relaciones».

Empero, la analista indicó a la AFP que «no existe una relación plena de confianza, está resquebrajada».

«No basta que el gobierno colombiano diga que no es cierto. Tiene que ofrecer pruebas sobre la falsedad de esa afirmación u ofrecer una disculpa», sostuvo Bonilla, quien enfatizó que «podrí­a haber un retroceso (en las relaciones) si es que la información se confirma».

Romero anotó, en diálogo con la AFP, que para la reanudación plena de los ví­nculos hace falta «una certeza de que se van a observar las normas del derecho internacional, respetar la soberaní­a de cada paí­s y mantener las relaciones lo más transparentes y claras posibles».

El bombardeo fue ordenado por el entonces ministro de Defensa y actual presidente electo de Colombia, Juan Manuel Santos, quien tomará posesión el 7 de agosto y considera que las «relaciones las vamos a poder mejorar».

Para Romero, «serí­a adecuado que (las dos naciones) se tomen todo el tiempo del mundo para ir poniendo bases firmes. Más que un restablecimiento apresurado es indispensable fijar bases para una relación sólida y duradera».

Según El Universo, el DAS también se infiltró en los consulados ecuatorianos en Colombia y los resultados del espionaje fueron conocidos por el mandatario Alvaro Uribe y Santos, quien enfrenta una orden de prisión dictada por una corte de Ecuador que lo enjuicia penalmente a raí­z del ataque contra las FARC.