Espionaje: Los que no dan la cara


El mundo del espionaje es clandestino. En Guatemala lo utilizan como una conducta quienes viven del secreto (no dan la cara, pues con el anonimato cubren sus acciones en contra de la sociedad), y el engaño (fingen normas morales pero se encuentran inmersos en el crimen organizado). Así­ se mueven en ese mundo tenebroso quienes reciben el nombre de técnicos y manipulan aparatos que el ser humano ha creado -con eficiencia- para reproducir imágenes, escuchar conversaciones, enviar códigos y grabar sonidos. Lo hacen contratados por quienes aportan el dinero y la estructura operativa con el propósito de poseer ilegalmente información y utilizarla para sus intereses. Se apoderan de secretos familiares, polí­ticos, personales, o colocados en cualquier archivo – cuya pertenencia es de otros pues, entre sus objetivos, se encuentran la intimidación. También adquiere especial importancia conocer datos gubernamentales: se lucra con ellos, se les utiliza para presiones polí­ticas, o favorecer al crimen organizado.

Carlos Cáceres

El espionaje es una metodologí­a cuya práctica se sustenta en procedimientos para obtener información mediante la infiltración, sobornos y chantajes. Este hecho explica la manera por la cual se coloca al espionaje como una práctica y conjunto de técnicas asociadas a la obtención de información confidencial y se sustenta en la infiltración, extorsiones y corrupción. Estas expresiones señalan que, por medio del espionaje, se atenta contra la dignidad de ciudadanas y ciudadanos, afecta a las instituciones y es contraria a los principios de la democracia.

No es el objetivo de este texto hacer un análisis de ese poder oculto que trastoca la privacidad humana, pero sí­ es necesario hacer referencia al reciente caso de espionaje contra el presidente ílvaro Colom y su familia, así­ como destacar la doble implicación de este caso pues se agredió el derecho a la intimidad polí­tica del gobernante y se ha colocado en peligro la seguridad del Estado. Se han violado los derechos humanos por la insolente intromisión a la intimidad del mandatario quien representa la unidad nacional. Por esta razón, él ha expuesto en su administración el debido respeto a la ciudadaní­a guatemalteca, pues únicamente de esa manera se puede garantizar su bienestar.

En la actualidad, cuando se pueden recoger frases sin examinar su contenido, no son pocos quienes repiten la expresión de que en este mundo globalizado nada es seguro. Este hecho pareciera justificar la presencia de hombres y mujeres hurgando en la vida de quienes han ganado una elección y gobiernan por decisión mayoritaria. Se trata entonces de conocer las decisiones del Presidente de la República para que el crimen organizado modifique tácticas y movimientos, o tener información polí­tica privilegiada (la cual se puede utilizar para coacción). En el caso del espionaje contra el poder ejecutivo guatemalteco, puede afirmarse la existencia de simulación cuando una o varias personas se vincularon al Presidente de Guatemala y terminaron traicionando su amistad o vinculación polí­tica pues, sin su complicidad, hubiera sido imposible colocar micrófonos y cámaras de grabación. Se presenta también el factor de manipulación al vender los informes o utilizarlos para intereses de tipo polí­tico, comercial o delictivo En cualquier caso, han afectado a toda la sociedad.

La actual situación de espionaje en Guatemala -secreto a voces en diferentes grupos de la economí­a, polí­ticos, y militares- expone una deplorable realidad: nadie en Guatemala está exento, como sucedió durante el conflicto armado interno, de esta deplorable situación la cual se ha agravado por la presencia de corrupción, impunidad, y una ausencia de códigos de ética entre diferentes sectores de la vida polí­tica guatemalteca. Esta realidad, lamentablemente, vulnera la Declaración Universal de Derechos Humanos y afecta la seguridad del Estado.

¿Cuál es el origen y objetivos del espionaje contra el presidente Colom? Existen criterios para ubicar a Guatemala como un paí­s vigilado. Esta afirmación no reconoce la presencia de cambios en el paí­s, lo cual no significa desconocer la existencia de la inseguridad y los problemas socioeconómicos. El argumento de colocar a Guatemala como una nación sin dinámicas sociales se esgrime para seguir actuando como se hací­a en el pasado: ocultos en habitaciones robando información para actuar contra ciudadanos y ciudadanas. Esta situación explica la acción de grupos paralelos, utilizando el manto del misterio con el propósito de encubrir sus delitos. Las decisiones de los poderes del Estado no son secretas. El Gobierno, además, se expresa en forma visible.

Los pajaritos en el alambre son prácticas ilegales y en Guatemala ha generado una protesta de diferentes medios de comunicación y amplios sectores de la sociedad civil, porque va en detrimento de valores colectivos. Es necesario, entonces, desarrollar una polí­tica de seguridad nacional en Guatemala -de carácter democrático- para que la sociedad guatemalteca comprenda los riesgos del espionaje y la necesidad de leyes y reglamentos que supervisen a las instituciones de seguridad. Es urgente la acción del poder judicial para ubicar a quienes son receptores de la información generada por el espionaje y actuar conforme a derecho porque su uso afecta la gobernabilidad guatemalteca (en especial, cuando actúan poderes paralelos en el contexto polí­tico y del crimen organizado), y vulnera el estado de derecho de Guatemala.