Esperanzas fallidas 2009, esperanzas por venir 2010 I de II


El término «esperanza», según el DRAE es: «Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos. En la doctrina cristiana, virtud teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido. Alimentarse uno de esperanzas. Esperar, con poco fundamento, que se conseguirá lo deseado o pretendido. Dar esperanza, o esperanzas, a uno. Darle a entender que puede lograr lo que solicita o desea».

Fernando Mollinedo
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Hace un año, los guatemaltecos estuvimos viviendo una época similar a la de hoy; la fiesta de la Navidad y sus esperanzas por una mejor forma y calidad de vida; estuvimos de acuerdo en que las circunstancias vividas en el transcurso del año 2008 no fueron del todo satisfactorias para nuestros intereses, fines y objetivos; por lo tanto, tuvimos la esperanza que el año 2009 fuera mejor que el anterior.

Hoy, el año 2009 está pronto a dejarnos, entrará a la historia y será dentro de algunos dí­as «el año pasado»; principiaremos a formar nuestra idea que debemos pensar en términos futurí­sticos; hacer planes, proyectos y propósitos para cumplir en el futuro inmediato que se llamará año 2010.

Nuestras esperanzas fallidas serán un recuerdo de lo que no pudimos obtener en algún rubro de nuestra existencia; en la vida personal, la superación de algunas facetas educativas o logros familiares como la reintegración de alguno de los progenitores ausentes al hogar en peligro de desintegración; en la satisfacción de las necesidades sociales, la recta y cumplida aplicación de la JUSTICIA, el verdadero acceso a la salud y medicamentos al alcance de la población; el ejercicio del urgentí­simo derecho a SOBREVIVIR en esta selva de incontrolable violencia; misma que propicia entre otros factores, la iniciativa privada con su inveterada negativa a pagar salarios decorosos a sus laborantes.

La frustración social» en que vivimos al enterarnos de forma continua sobre los descomunales negocios ilí­citos en desmedro del erario nacional realizados por personas quien de quien se suponí­a probidad, decencia y honestidad; la frustración de conocer a quienes utilizando la maquinaria estatal se apropiaron en forma descarada y vil de fondos del Estado y quienes al ser capturados han sido «liberados» mediante cauciones económicas irrisorias y después éstos se rí­en del sistema al que pueden comprar con el mismo dinero mal habido.

En el Derecho, la palabra frustración significa: «Dejar sin efecto un propósito contra la intención del que procura realizarlo» lo cual traducido al buen chapí­n nos indica que la frustración social con la que convivimos deviene de la falta de hacer, de no haber cumplido lo que la soberaní­a popular mandó a sus representantes en el Estado; léase Organismo Judicial, Legislativo y Ejecutivo.